Capitulo 13

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El silencio que se había instalado entre Patito y Matías parecía eterno, como si el tiempo se hubiera detenido a su alrededor. Sus miradas intensas se encontraban, y en sus ojos se reflejaban las emociones que luchaban por salir a la superficie. El corazón de Patito latía con fuerza, sintiendo cómo sus sentimientos la inundaban y la embargaban de angustia.

Finalmente, Patito rompió el silencio, buscando las palabras adecuadas para abordar la situación. Su voz era suave, pero cargada de emotividad, tratando de transmitir sus sentimientos con sinceridad.

- Matías, lo siento mucho por no haberme comunicado contigo en todo el fin de semana. No fue mi intención ignorarte o herirte -sus palabras salieron temblorosas, revelando la culpa y el remordimiento que pesaban sobre su corazón.

Matías asintió, sin apartar la mirada de ella. Aunque sentía dolor por la falta de comunicación, también sabía que Patito no lo había hecho con mala intención. Sin embargo, el conflicto de emociones dentro de él era abrumador, y su rostro reflejaba el tormento que vivía en su interior.

- Entiendo que hayas estado ocupada y que cuidaras de Bruno, eso está bien -respondió Matías, tratando de controlar su enojo y tristeza, pero su voz temblaba ligeramente-. Pero siento que también necesitamos tiempo juntos, tiempo para hablar y compartir. -Matías dejó que su inquietud saliera a la luz, deseando con todas sus fuerzas que las palabras fluyeran con facilidad.

Patito asintió, sintiendo el peso de las palabras de Matías. Sabía que había cometido un error al no tomar en cuenta sus sentimientos y necesidades, y se reprochaba por ello. Su pecho se apretaba con cada latido de su corazón, queriendo arreglar las cosas, pero también siendo consciente de que el problema no se limitaba a su falta de comunicación, sino a su mente y corazón que no podían comprender lo que pasaba.

- Tienes razón, Matías. Debería haber sido más considerada contigo y no permitir que las cosas se complicaran de esta manera -admitió Patito, con un nudo en la garganta que amenazaba con ahogarla-. Pero también necesito que entiendas algo, algo que es difícil para mí expresar.

Matías la miró expectante, dándole espacio para hablar. Quería entender lo que estaba pasando por la mente de Patito y resolver sus problemas juntos. La tensión en la habitación se palpaba, como si el aire mismo estuviera cargado de electricidad.

- ¿Qué es lo tan difícil de expresar? -con tono miedoso, Matías buscaba en la mirada de ella alguna explicación, mientras su corazón latía desbocado, esperando una respuesta que lo desgarraba por dentro-. ¿Pasa algo? ¿Hice algo mal?

El desespero lo consumía, quería meterse en la mente de Patito y poder resolver todas sus dudas. Patito era como un enigma insondable en ese momento, y Matías sentía que estaba frente al problema de matemáticas más difícil de su vida. Patito, por su parte, no sabía qué decir con exactitud, un miedo se apoderó de ella por el desconocimiento de todo lo que sentía.

- ¿Es por el tema en tu casa? -siguió hablando Matías, Patito lo observó y recordó esa tarde en su casa. El simple recuerdo le dio un escalofrío en el cuerpo, y su voz temblorosa se hizo más evidente-. Es eso... Lo lamento, de verdad lo lamento. Me dejé llevar... pensé que estábamos en la misma sintonía y que querías experimentar algo más... No pensé en ti, lo siento, de verdad lo siento.

Patito quedó en trance pensando en cómo su mente había jugado con ella, y se siente peor al saber que Matías se culpa por algo que ella misma hizo sin querer. Idealizar a Bruno, pensar en Bruno cuando besaba a Matías. El aire volvió a faltarle y negó con la cabeza, sintiendo cómo sus emociones la abrumaban.

- No, Maty, discúlpame tú a mí... Yo fui quien se equivocó.

Matías intentaba entender a Patito, él no sabía nada de lo que ocurría en la mente de ella y mucho menos iba a saber que en ese momento tan íntimo en su relación ella se imaginó a Bruno. Él no tenía ni la menor idea de que Patito solo siguió ese juego porque en su interior, en lo más profundo de su corazón, quería a Bruno más de lo que pensaba.

La atmósfera se cargó de tensión, y los sentimientos encontrados entre Patito y Matías los mantenían atrapados en un torbellino emocional. Sus corazones latían desbocados, como si quisieran escapar de sus pechos.

- No sé qué decir... -murmuró Matías, sintiéndose frustrado por la falta de claridad en la situación, sintiendo cómo la tristeza se apoderaba de él.

Patito miró a Matías, su corazón apretado por la confusión y la culpa que sentía. Quería poder explicarle lo que pasaba por su mente, pero se sentía atrapada en un laberinto de emociones contradictorias. Las lágrimas amenazaban con desbordarse, pero luchaba por contenerlas, no quería que su vulnerabilidad la dominara.

- Matías, no es por ti... -comenzó a decir Patito, luchando por encontrar las palabras adecuadas-. Es solo que... siento que estoy perdida en mis sentimientos. No puedo entender completamente lo que pasa en mi corazón.

La expresión de Matías se suavizó, demostrando comprensión hacia Patito. Aunque aún se sentía herido y confundido, sabía que lo último que deseaba era presionarla. Su corazón se aferraba a la esperanza de que todo pudiera resolverse.

- Patito, sé que las cosas pueden ser complicadas a veces. Todos tenemos momentos de confusión y dudas -dijo Matías, acercándose a ella para tomar sus manos con suavidad-. Solo quiero que sepas que estoy aquí para apoyarte en lo que necesites. No quiero presionarte, pero también necesito saber si aún podemos seguir adelante juntos.

Los ojos de Patito se llenaron de lágrimas, sintiendo el peso de la responsabilidad que tenía sobre sus hombros. Sabía que Matías merecía una respuesta clara y honesta, pero en ese momento, sus pensamientos y emociones estaban tan entrelazados que no podía discernir con certeza qué era lo correcto.

- Matías, tú significas mucho para mí, eso es innegable. Eres una persona increíble y me has dado tanto amor y apoyo. No quiero perderte, pero también siento que necesito tiempo para entenderme a mí misma y lo que realmente quiero -dijo Patito, con la voz entrecortada por la emoción, quitando delicadamente sus manos de las de él-. Si seguimos adelante sin que yo resuelva esto, temo que nuestras heridas solo empeoren.

Matías quedó helado ante las palabras de Patricia, asintió de manera involuntaria, sintiendo un nudo en la garganta y un hueco en el corazón. La vulnerabilidad y la tristeza en los ojos de Patito lo desgarraban por dentro.

- ¿Qué quieres decir? -preguntó Matías, su voz apenas es un susurro cargado de emociones encontradas, sin saber si quería escuchar la respuesta o no, el miedo recorriendo su cuerpo le dio temblores involuntarios.

Patito tomó una respiración profunda, luchando contra las lágrimas que amenazaban con desbordarse. Sabía que la respuesta que estaba a punto de dar podía cambiar el rumbo de su relación con Matías, y eso la asustaba. Pero también sabía que no podía ocultar sus sentimientos y que la honestidad era lo más importante en ese momento.

La voz de Patito le llegó con eco a los oídos a Matías, quien estaba estático sin saber cómo reaccionar. Solo miraba a Patito, quien limpiaba sus lágrimas que no dejaban de caer. Él veía cómo ella movía sus labios y pronunciaba palabras que no podía escuchar, su shock lo dejó en un inmenso mar sin salida. Matías no podía procesar todo lo que sucedió en cuestión de segundos, solo logró escuchar un: "Lo siento, Maty..."

Antes de que ella se diera vuelta y saliera de su visión, llorando. La desesperación se apoderó de Matías, quería detenerla, abrazarla y hacer que todo volviera a ser como antes. Pero sabía que eso no sería posible, que algo había cambiado entre ellos y la separación parecía inevitable. En ese momento, la atmósfera tensa se volvió aún más palpable, como si el futuro de su relación estuviera en el aire, suspendido entre dos corazones heridos y confundidos. Las lágrimas se deslizaban por las mejillas de ambos, y aunque querían aferrarse a lo que tenían, no sabían si era suficiente para sanar las heridas que se habían abierto entre ellos.

Imposible no enamorarseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora