Alonso's Castle (ALONSO VILLALPANDO Y TU)

Pueblo 2: Tierra Media

Narra Alonso:

Me levante antes que Eva y Lettie, pienso seguir mi camino, camine y camine, sin dirección alguna, yo iba hacia donde los rayos del sol me llevaban.

Poco a poco el sol se escondía de mí, eso no me importo y seguí, de pronto sentí unos pasos seguirme, volteaba hacía todos lados, pero nada.

Camine hasta que mis pies decidieron detenerse y llegue a otro pueblo, un poco más amplió que el primero.

Cuando llegué ahí, sentí que alguien me observaba, pensé que tal vez era el cansancio.

De repente alguién me hablo.

-Hola... -Escuche.

-¿Quién es? -Dije un poco asustado.

-Haz llegado a Tierra Media, yo te voy a guíar -La niña se rió.

-Bien, ahora van a creer que estoy loco! -Me agarré la cabeza.

-¡God no! -Dijo la niña.

-¿De donde sacaste esa frase?. -Pregunte.

-De ti, lo he aprendido de ti, te conozco. No sé desde cuando, pero te conozco. -La pequeña me sonrió.

-¿Cómo te llamas?.

-Morgan, mi nombre es Morgan, pero sígueme, se donde puedes quedarte.

La niña me hablo con tal confianza que decidí seguirla, y así lo hice.

-¿A dónde vamos? -Pregunté.

-A un lugar, es muy lindo, es ahí donde me quedo yo, nadie sabe de mí, por eso normalmente me nadie me ve, pero creo que tu eres diferente, también sé que tienes algo, o más bien extrañas a alguién.

-¿Cómo sabes eso? -Me quede viéndola un momento.

-Lo sentí, tuve un presentimiento. Espero que no te incomode. -Jugó con sus manos.

-No, claro que no, ¿Que edad tienes?. -Tome sus manos.

-Tengo 8 años, no sé cómo llegué aquí, o si alguien me trajo, y cómo ya dije, nadie me ve, pero eso es por decisión propia.

Estaba muy atento a todo lo que la niña decía, me parecía algo extraño, pues cómo podía ser posible que nadie la viera.

-¿Y tu mamá?, ¿Tu papá? Donde están.

-No lo sé, nunca los he visto, pero tengo un presentimiento.

-¿Cual?. -Dije poniendo atención.

-Que tal vez mis padres están peleados, y al día de hoy no se hablan, se odian, mi mamá encontro a alguién más. Y ahora papá sufre por eso.

-¿Que? Porque dices eso.

-Tal vez estoy diciendo de más, ¿Podrías ayudarme a buscarlos?.

-¿Yo? -La miré asombrado.

-Sí, y yo te ayudo a llegar a tu destino.

-Esta bien. -Le sonreí.

-¡Sí! -La niña me abrazo. -Gracias!

-No es nada, pero ahora vamos a dormir, sí, mañana debo partir temprano.

Sin más la pequeña me siguió hasta un peuqeño colchón, donde sin más caímos rendidos.