°•☆ ᴬ ᵐⁱ ᵐᵉʲᵒʳ ᵃᵐⁱᵍᵃ... ᵍʳᵃᶜⁱᵃˢ ☆•°

①④ 𝘔𝘪 𝘥𝘦𝘴𝘦𝘰 𝘥𝘦 𝘯𝘢𝘷𝘪𝘥𝘢𝘥.

Con el paso de los días terminé por volver al colegio y a la academia, retomando mi anterior rutina pero integrando nuevas actividades y objetivos.

Seguí buscando a Hiyyih por donde sea que caminaba.

Los folletos con su rostros estaban pegados en cada poste o ventana de las calles y comercios.

Mamá Jeongi salía en las noticias, con una remera rosa y pancartas pidiendo ayuda y mucho más apoyo para encontrar a Hiyyih. Con la plata recaudada en las juntadas abrieron una fundación a la que no le colocaron nombre, los voluntarios estaban dispuestos a buscar a Hiyyih incluso fuera de Seúl o en otro País.

En el colegio, Ni-ki, Heeseung, Kazuha, Yunjin y Jay y yo formamos otro grupo de búsqueda. Más de 100 estudiantes se unieron y cada día, luego de clases, caminábamos con globos rosas y carteles, nos convocamos en una plaza cercana al colegio, las chicas y chicos de la academia también se nos unieron.

Varios periodistas venían a entrevistarnos, Hiyyih se volvió la chica más buscada de toda Corea del Sur. Era necesario mantener viva la búsqueda y hacerla sonar por todos lados, porque así alimentamos la esperanza de encontrarla.

Pero el día de ayer, en noche buena, el detective Namjoon nos visitó. 
Él nos dijo que las probabilidades de que Hiyyih estuviera con vida eran bajas, ya que casi se cumplían dos meses desde que desapareció.

Los Huening no pegaron ni un ojo en lo que quedó de la noche, hasta hoy témpano.

Era navidad y todo el día la pasé en la cocina, distrayendo mi cabeza con la harina, azúcar y huevos. Creo que me pasé con la cantidad de postres y caramelos que hice pero no podía parar.
También en el parlante de la cocina sonaban las canciones de The Greatest Showman, repitiendo una y otra vez la lista musical. Hiyyih y yo éramos fanáticas de la película, no solo porque era una película maravillosa, sino que también estaban Zac Effron y Zendaya, nuestros ídolos favoritos.

— Deberíamos poner más vainilla. Al señor Kai le gusta demasiado. — me aconseja Celia, sacando del horno lo que ya se había cocinado.

— Lo siento. No tenías que venir hoy y aún así lo hiciste para ayudarme. — mi disculpa fue sincera. Celia me ayudó un montón, con verme cocinar, alcanzarme los ingredientes y sacarlos del horno una vez que yo los metía.

— No tengo a nadie en casa. Mi esposo me abandonó y mi hijo no quiere verme. — ella me cuenta mientras colocaba las galletas en forma de árbol sobre un recipiente. — La navidad se la pasa en familia y los he visto crecer, tal vez ustedes no lo piensen así pero, para mí son familia.

Dejé de amasar y con mi mano sucia apreté su mano. Celia me miró y le sonreí sincera.

— También te consideramos parte de la familia, Celia.

— En momentos tan difíciles como los de ahora, es necesario sentir apoyo y es válido mostrarse triste... Pienso en que su cabeza está evadiendo varios temas, está bien llorar de vez en cuando y soltar todo.

¿Por qué llorar? ¿Por qué Hiyyih no está? ¿Cuál sería el sentido de llorar porque ya no esté? Yo no iba a llorar, yo sé, yo siento que está bien. Ella tenía que estarlo.

Hiyyih era una chica fuerte, valiente y segura de sí misma.

No tenía duda de que algún día ella entrará por la puerta de la mansión y se burlará de nosotros por preocuparnos.

Yo tenía esperanza.

De nada me servía llorar, no conseguía nada con eso.

— Señorita Eunchae, mi madre solía decirme que si pides un deseo en un día como este, se cumplirá. Usted podría...

Tomé el recipiente con galletas y me dirigí a la sala. Kai estaba sentado en el sillón blanco sin despegar la vista de su celular. La señora Jeongi se encontraba sentada en el sillón individual con las piernas arriba y tapada con una cobija, al lado del teléfono esperando una llamada. Papá Vernon ya casi ni pisaba el hogar, su desespero por encontrar a Hiyyih lo consumía, tanto que ni dormía.
Ví a Lea sentada frente a la chimenea colgando las medias de navidad, con Kira y Doggy durmiendo al lado. Colocó las seis medias, la media rosa de Hiyyih brillaba entre las rojas nuestras. Dejé las galletas en la mesa baja y decidí hablar con ella.

Lea me sonríe y me pregunta si se veían bien, asentí. Bromeó con colgar una media de Hyunjin cuando la llamó por el celular. Lea se fue al patio trasero para hablar en privado con su amado.

Lea mantuvo el espíritu navideño en casa, se encargó de decorar y armar el arbolito. De no ser por ella, nosotros lo hubiéramos olvidado.

Miré las fotos que reposaba sobre la chimenea, los marcos eran antiguos y gruesos. Una foto de papá y mamá Huening de jóvenes estaba al extremo, le seguía una foto de Lea cuando era bebé, después una foto de toda la familia en donde se podían ver a las mascotas y a mí, luego una foto de Kai con pañales... Y por último, la primera fotografía de Hiyyih y yo, en el día de la presentación, a los siete años.

Hiyyih tenía la maya rosa y yo estaba de gala. Su sonrisa era tan grande y sus ojos se veían llenos de vida...

Quería volver a verla sonreír.

Quería volver a ver a Hiyyih.

Lea me abrazó, estando de espaldas, y así pude reaccionar. Estaba llorando, por primera vez desde que Hiyyih desapareció.
Mis lágrimas no cedían, aumentaban como si fueran cascadas, mi mano viajó a mi nariz conteniendo mis mocos, no sé si eran mocos o lágrimas o sudor por estar pegada al fuego. Mi voz salió en llantos de dolor, no podía respirar. No podía pero quería, quería callarme pero mi voz se intensificaba.

Necesitaba a Hiyyih.

Mamá Jeong también se unió al abrazo, apenas giré para llorar en su hombro pero Kai llamó mi atención. Él estaba de pie, viéndome fijamente.
Sus ojos brillaban y en cuanto nuestras miradas chocaron, Kai salió corriendo al primer piso, calculo que a llorar en la desordenada, pero cómoda habitación oscura que tenía como refugio.

En los brazos de las dos mujeres que Hiyyih más amaba pedí un deseo.

Mi deseo de navidad era ver a Hiyyih nuevamente.

~♡~

Tae-yu~💜