°•☆ ᴬ ᵐⁱ ᵐᵉʲᵒʳ ᵃᵐⁱᵍᵃ... ᵍʳᵃᶜⁱᵃˢ ☆•°

②⑥ 𝘊𝘰𝘮𝘰 𝘢𝘲𝘶𝘦𝘭 𝘥í𝘢 𝘮á𝘨𝘪𝘤𝘰.

Solía pensar que los sueños eran una visión del futuro, esto claramente se desmintió el día que soñé que un gran pingüino -que lanzaba fuego por el pico- invadiría el mundo y exclavizaría a los humanos. Ahora cuando sueño, se que lo hago como ahora; ahora estoy en un gran campo verde con un cielo celeste y despejado, vistiendo un vestido azul. Mi cabello estaba suelto y volaba de aquí para allá gracias al fresco viento del mediodía.
Continúe sentada en el pasto y conejos empezaron a rodearme, luego perros, después caballos y por último ella.

Ahora que ya podía dormir sin interrupciones amaba soñar y no aquellas pesadillas. Despertar ya no era algo que necesitaba con desesperación porque de esta única manera podía verla de nuevo. Podía ver a Hiyyih descalza, con un vestido blanco con mangas y el cabello rubio suelto. No la escuchaba hablar pero me conformaba con solo mirarla, con una sonrisa plantada en mi rostro hasta que mi reloj sonará y me devolviera a la realidad.

— Manchae…

Escuché su voz, por primera vez, después de tanto tiempo, pero ella no movía los labios.

— Manchae…

Era como ecos lejanos, posiblemente del mundo real, al que no quería regresar.

—¡MANCHAE!

Mis ojos se abrieron y me senté en la cama respirando con dificultad y sudorosa.
Ocho de la mañana de otro día de vacaciones de verano. Otro día caluroso y en el que me despierto empapada de amargura. Un buen baño  era lo que necesitaba.
Mientras la ducha cubría mi cuerpo comencé a cantar, tomaba cualquier tiempo para seguir practicando mi vocal, el día de la reunión con HIBI se aproximaba y debía estar totalmente preparada.
Envolví mi cuerpo con la toalla, sequé mi pelo. No era por ser narcisista pero hoy si me veía mejor que cualquier otro día, esto me hizo pensar en que si necesitaba ayuda.

Hasta creo que me olvidé de llorar o mis glándulas ya no podían generar más lágrimas, maldito Ni-ki que me hacía pensar en tonterías. Ni-ki... ah~ tenía una salida con él, no una cita, sino que una salida de amigos a… el parque de diversiones. Él cree que debo despejar mi mente ya que fueron recuerdos negativos los que invadieron mi mente el día de ayer en la reunión conmemorativa de Hiyyih.

¿Y si lo cancelo?

Bueno, no se trataba de no estar con Ni-ki sino que de no salir en un día tan caluroso.
Siempre apoyaré el invierno, no importa si sostienen una pistola en mi cabeza, nada me hará cambiar de opinión.
Entre otras cosas, me enteré por Kazuha que el colegio Serlim expulsó a Yuna por difamación puesto a - fue Dayeon- quien confesó que Yuna colocó el mechón rubio en mi pupitre y me inculpó, además por múltiples cargos de bullying. Danielle sumó que la expulsaron hasta de la academia.

Fue lamentable porque, si bien Yuna era una terrible persona y poco compañera, tenía un talento que era el de una profesional.
No quería decir que se lo merecía pero... espero que pueda reflexionar un poco, aunque viniendo de ella era imposible.

¿Por qué pensaba tanto mientras me secaba el cabello? ¿Será para mutear el ruido del secador? Jamás lo sabré.

Me acerqué a la puerta para salir pero esta parecía estar trabada. En el pequeño espacio de abajo ingresaba una fría brisa que congelaba mis pies y los volvía casi inútiles, dolían y mucho. Empujé directamente con mis brazos la puerta para lograr abrirla mientras mi mano se aferraba a la unión de la toalla que cubría mi cuerpo.

—¡Ahg, por fin! Creo que debo cambiar las bisagras.

— Manchae.

Esa voz...