③③ 𝘙𝘦𝘤𝘰𝘳𝘳𝘪𝘥𝘰 𝘥𝘦 𝘢𝘮𝘰𝘳

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Fue reconfortante ver a mi mejor amiga casi todos los días y compartir a su lado como solíamos hacerlo antes del incidente. Íbamos al colegio juntas y a la academia pero tanta invasión me generaba dudas acerca de cuánto realmente estaba a mi lado, me preguntaba si… ¿Hiyyih me vió durmiendo con Kai el día en que él no quiso despegarse de mí cuando trataba de que la fiebre le bajara? ¿O cuándo Ni-ki me confesó que le gustaba Danielle?
Sí, anoche mi querido amigo me llamó porque no podía dormir por causa del beso que Danielle le robó.

Bueno, lejos de eso, me encontraba llena de dudas, dudas que sabía que jamás tendrían respuestas claras. Tampoco quería hostigar a Hiyyih con mi empalagosa curiosidad, pero  algo sí sabía y era que estaba en todos los momentos en donde Taehyun nos acompañaba. Ella nos vigilaba, no nos veía, si no que nos VIGILABA y no despegaba su atención de cualquier movimiento que hiciera.

—¿Siempre estás observándome? — pregunté, mirando el cielo, en el techo del colegio. Hiyyih estaba sentada en una vieja banca sucia y rayada. Ella negó haciendo un gruñido. —¿Dónde estás cuando no te veo?

—¿Manchae, está volviéndose una amiga tóxica? — Su pregunta me causó gracia. Hiyyih negó nuevamente y estiró sus brazos, donde las mangas holgadas de su vestido blanco se deslizaron. Noté que traía marcas -casi invisibles- como cicatrices que ya casi tomaban el color de su blanca piel.

Hiyyih se veía bien pero no pude evitar encontrar algunos rasgos diferentes en su cuerpo. A veces cojeaba de la pierna derecha, o la voz se le cortaba al hablarme rápido -como si le doliera- y se tocaba el cuerpo con molestia y escalofríos pero se veía bien o trataba de demostrarme eso. Era extraño. — Siento que debo respetar tu privacidad como mi mejor amiga, así que recorro Corea del Sur, por lugares que no conocía, pero puedo desear que yo vuelva a tu lado e inmediatamente ya estoy contigo.

—¿Puedes ir a otros países? — Estaba asombrada, maravillada con ese poder, sé que no era la definición correcta. Ojalá pudiera viajar por el mundo con tan solo quererlo.

Sí y no. — No esperaba esa respuesta. Cerré la boca disgustada. — No puedo darme el lujo de recorrer el mundo si tengo una misión. — deje de verla y abrí mi paquete de papas fritas. — Pero te prometo que lo haré cuando logré liberarme.

—¿Visitarías todos los países? — Asintió apretando sus finos labios rosas. — Quiero que me cuentes cómo son las otras culturas, religiones, sociedades… todo.

Te lo prometo.

—¿Eso quiere decir que no has salido de Seúl? Que aburrido… Hiyyih, ¿puedes oler? — mi amiga empezó a carcajear exageradamente. Mi pregunta no tenía nada que ver con el tema pero era una de mis mil dudas. Ella asintió, aclamando mi amplio pensamiento. — Eso es fantástico, entonces cuando no estés y te necesite nos veremos en la Torre de Astros. — pero, en lugar de recibir una afirmación, Hiyyih dejó de reír y su rostro se vió despejado de cualquier mueca, el ocaso del día empalideció su piel, volviéndola grisácea, informándome que algo malo había dicho.. Me sentí impaciente por ese incomodo silencio en donde su cabello brillaba ante la disminución de la luz natural. — No sé si sabias pero la abuela Song se jubiló, no cocina, pero el señor Song y su prometida lo hacen actualmente, el olor es tan fuerte que te encantará. Entiendo que no puedes comer pero cualquiera se llena con el olor de esos exquisitos manjares. — el silencio continuo entre ambas, apreté varias veces la bolsa de papas para llamarle la atención, después de dos minutos lo conseguí por fin.

No es necesario, Manchae. — se levantó de la silla, evitando mi mirada. — Llámame, haré todo para escucharte, y si no es así… ve al lugar más alto de donde te encuentres y hazlo. Yo apareceré sin dudarlo pero… no vayamos más a la Torre de Astros. Tenías razón, esas salchichas son muy grasientas. Ya es tarde, mi mamá se alterará si no te vé.

°•☆ ᴬ ᵐⁱ ᵐᵉʲᵒʳ ᵃᵐⁱᵍᵃ... ᵍʳᵃᶜⁱᵃˢ ☆•°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora