°•☆ ᴬ ᵐⁱ ᵐᵉʲᵒʳ ᵃᵐⁱᵍᵃ... ᵍʳᵃᶜⁱᵃˢ ☆•°

②④ ¿𝘗𝘶𝘦𝘥𝘦𝘴 𝘷𝘦𝘳𝘮𝘦?

Unos pocos estudiantes, los más cercanos a Yuna, me veían de reojo y escuché murmullos de su parte. Traté de ignorarlos y empecé a sacar mis libros de texto los cuales acomodé bajo la mesa. Normalmente mi cajón se encontraba vacío pero, al tocar dentro y sentir un tacto distinto, algo me alarmó.

Mis manos atraparon lo que parecía ser cabello, lo que confirmé al sacarlo a la luz. Era un mechón largo de un rubio cabello brillante envuelto en una liga gruesa y blanca.

Me quedé sentada un momento, totalmente desconcertada, viendo como el cabello brillaba por la luz solar que ingresaba por las ventanas. Aprieto mi mano y Yuna se levantó junto a sus amigas. Reconozco esa sensación, reconozco ese tono de color, reconozco el cabello de Hiyyih con facilidad.

—¿Quién fue?— pregunté, levantándome sin debilitar el agarre. —¿QUIÉN FUE?

— A Huewning Bahiyyih la encontraron sin pelo. ¿Por qué tienes eso en tu asiento?— Yuna sonríe de lado y enrolló un mechón de su cabello con el dedo. — Hong Eun Chae, ¿sos su asesina?

— Tú lo pusiste ahí. — murmuré con mi voz rasposa.

— O tal vez le pagaste a alguien para hacerle eso... Es obvio, tú te verías con ella ese día y no fue así, eso… Eso suena raro, hasta llegar a la academia tenías más de una hora libre ¿Dónde estuviste? Podías haber hecho cualquier cosa en esa hora.

Mi cabeza no podía pensar en nada racional. Quería tanto lanzarme sobre Yuna y pedirle que me devolviera a Hiyyih pero, al hacerlo, Felix me atrapó entre sus brazos para que no la tocara, su risa estrepitosa sonó cerca de mi oído. Me dio mucho asco.

—¿Qué le hiciste a Hiyyih? ¡¿QUÉ LE HICISTE?! ¡ASESINA! — Grité, grité tan fuerte que no me importó que los demás me juzgarán. No sé dónde cayó el mechón, pero mis manos arañaban la de Felix. Yuna me dio una cachetada, la cual hizo silenciar a todo el salón.

—¡No te atrevas a echarme la puta culpa! Recordemos que Bahiyyih debió estar contigo ese día, en cambio... la dejaste. Dejaste sola a tu mejor amiga y los monstruos se aprovecharon de ella. La golpearon y abusaron mientras tú te encargaste de conquistar a toda su familia.

—¡No es verdad!

—...  o tal vez… tú querías que eso pasara. ¿Te imaginas ser traicionada por tu mejor amiga?— no dejó de jugar con mi pelo y burlarse de mí. Mi estómago empezó a doler, quería vomitar en su cara. —¿Acaso le pagaste a alguien para que haga el trabajo sucio? ¿Por qué tienes ese rubio mechón en tu lugar?

—¡TÚ LO PUSISTE!

—¡YO NI SIQUIERA ME ACERQUÉ AHÍ, MALDITA PERRA!

— Cálmate fiera. — me susurró Felix al oído ya que forcejeaba con él.

— DEJA DE FINGIR, HONG EUN CHAE. Tú no eres una santa, bien dicen que las calladas son las peores. ASESINASTE A BAHIYYIH. A LA PRINCESA DE TODO EL COLEGIO POR CELOS. — Nuevamente los murmullos empezaron, algunos me miraban con pena, otros con desprecio. — Lo saben todos los estudiantes. Tú te cansaste de ser su sombra y ahora quieres ser como ella.

— Yuna, basta. — escuché decir a Dayeon, casi asustada junto a Hikaru. — Es suficiente, basta.

— Lo consigues, ¿no? Tienes una maravillosa oportunidad. A los padres y hermana de esa rubia, arrodillados ante ti, a su hermano velando por tu bienestar, a Kang Taehyun cada vez más cerca. Tienes la vida que ella se vio obligada a dejar por tus malditos celos.

No era partidaria de la violencia, pero ¿qué se podía hacer cuando el límite es sobrepasado? Cuando Felix me soltó quise atacar a Yuna, gritarle que se callara, lo mala persona que era, pero era una multitud contra mí. Felix me empujó y caí fuera del salón, al piso del pasillo donde los estudiantes retrocedieron sorprendidos.
Mis rodillas se rasgaron y mi rostro no tardó en empaparse de mis propias lágrimas.