°•☆ ᴬ ᵐⁱ ᵐᵉʲᵒʳ ᵃᵐⁱᵍᵃ... ᵍʳᵃᶜⁱᵃˢ ☆•°

⑦ 𝘏𝘪𝘺𝘺𝘪𝘩 𝘦𝘴𝘵á 𝘦𝘯𝘢𝘮𝘰𝘳𝘢𝘥𝘢.

La he observado este último tiempo, más que de costumbre. Hace más de cuatro meses que comenzaron las clases y Hiyyih se veía diferente de cuando empezó.

He notado algo diferente en ella este último tiempo, sobre todo en el último mes.

Sabía muy bien que los cambios eran comunes en la adolescencia. Hace dos meses Hiyyih se había desecho de la mayoría de sus peluches y muñecas barbies, quedándose con uno pocos e importantes, el resto estaba encajonada en el ático.
La mesada que bajaba como escalones, ahora estaba repleta de maquillaje, perfumes, cremas y brochas. El librero que solía tener fue reemplazado y, enviado al cuarto de huéspedes, ahora su lugar lo ocupaba un gran espejo enmarcado con luces blancas.

Todos los dibujos que le regalé ahora se encontraban ocultas en el cuarto de ropa, al igual que algunas de nuestras fotos.
No me iba a quejar, era su cuarto y hacía con él lo que quería.

Hubo una semana en donde empezó a compartir charlas con Yuna, Dayeon y Hikaru, intentando copiar algunos gestos y expresiones, Hiyyih me decía que esas tres chicas conquistaban a todo tipos de hombres y que quería saber cómo, pero para mí no era necesario. Hiyyih no tenía que cambiar.

Por suerte solo se quedó en eso, una semana, ya que se enteró que ese trío era tan tóxico como oscuro.

— Sí mamá. Cuídate. — colgué el teléfono de la casa a Huening al ver a Lea ingresar.

— ¿Tu mamá?— Asentí y la ayudé con la bolsa de compras. — Papá me dijo que volvió a salir por las noches.

— No importa cuanto se lo impidan. Ella aún imagina que tiene 18. Que bueno que papá decidió hacer su vida nuevamente.

— Deberíamos visitarlo al campo. Hyunjin desea montar a caballo.

— Claro. Se lo diré para que nos espere en las vacaciones.

— Excelente Chae Chae. Prepararé el almuerzo, hoy Celia no trabaja.

Celia era nuestra cocinera. Trabajó en casa cuando mamá Jeongi ya no pudo hacer home office. También se encargaba de la limpieza y de pasear a Doggy.
Cuando empezábamos a crecer, pasábamos menos tiempo en el hogar por lo que Doggy y Kira no tenían mucha compañía. Con cada año que pasaba teníamos distintos horarios de llegada por lo que la comida empezó a ser un problema hasta que apareció Celia, quien nos cocinaba a cualquiera de nosotros en cualquier horario.

— Haré kimchi salteado y le llevaré un poco a Hyunjin.

Lea ya no vive en casa, apenas se graduó fue a vivir sola y hace un año se mudó con  Hwang Hyunjin en su departamento.
Conozco a Hyunjin, él tiene 22 años y es profesor de danza en la clase inicial de la academia.

Lea lo conoció cuando Hiyyih y yo teníamos 14 años. Ella fue a retirarnos y en ese entonces Hyunjin era un compañero, más no un profesor.

Yo diría que fue amor a primera vista. Lea iba sin falta a retirarnos, incluso si se lo impedíamos. Cada día llegaba luciendo mejor que el anterior. Mucho más bella y arreglada.

Eso me empezaba a recordar a alguien.

– Ve a buscar a Bahi y Kai. Debo asegurarme de que coman o mamá se preocupará.

Mamá y papá Huening se fueron de viaje este fin de semana. Era sábado y Lea vino a corroborar si todo estaba bien. A pesar de que Kai estaba a punto de cumplir 18, mamá aún no confiaba en que era lo suficientemente responsable.

Entré sin tocar la puerta y vi a Hiyyih mirándose en el espejo, esto se volvió algo usual. Casi todo el tiempo la encontraba buscando alguna imperfección y se demoraba horas.
La veo retocarse los labios cada vez que termina de pronunciar una oración, ha empezado a utilizar una voz nasal, como la de Yuna, para hablar con otros y cada vez es más el tiempo que se toma en escoger el vestuario adecuado para asistir a la academia.