°•☆ ᴬ ᵐⁱ ᵐᵉʲᵒʳ ᵃᵐⁱᵍᵃ... ᵍʳᵃᶜⁱᵃˢ ☆•°

②② 𝘚𝘰𝘣𝘳𝘦𝘷𝘪𝘷𝘪𝘦𝘯𝘥𝘰.

Últimamente solía despertarme a mitad de la noche, cuatro o cinco veces a la semana. Papá Vernon tenía el sueño ligero así que siempre era el que llegaba a sacarme de esas pesadillas pero cuando se iba de viajes de trabajo, el que solía salvarme era Hueningkai. Como esta misma noche.

Era consciente de que mis gritos espantaban a cualquier fantasma, Doggy siempre ladraba histérico y Kira saltaba de mi cama cuando yo me jalaba el pelo con ansiedad acomulaba.

Kai aparece y me cubre con sus brazos, pidiendo calma. Se sentó al borde de la cama mientras los golpes que yo misma me daba sonaban junto a mis alaridos fuertes.

— Basta… basta, Eun Chae. Ya estoy aquí. — musitó cerca de mi oído, e impidiendo que me moviera ya que me agarraba con fuerza -no tan bruta- que me obligaba a quedarme quieta.

— Pe… perdón. — hipe, tratando de calmarme. — No… no quería mo-molestarte.

— No estaba durmiendo, tranquila. — Él dejó de hacer fuerza y yo comencé a respirar más despacio. — Con calma, puedes lastimarte. — Al separarnos, noté que había rasguñado el brazo que rodeaba mi cintura. A Kai no le importó ya que tomó el vaso de agua de vidrio -que descansaba en la mesita de luz- y lo llenó. No deje de ver las heridas que le cause mientras bebía el agua.
Ojeé la hora en el reloj tecnológico y descubrí que recién eran las 3 am y Kai no tenía un buen aspecto.

Su suave tacto sobre mi cabello me relajaba y sentí su presencia hasta que mis ojos se cerraron.

…
Take my hand
Will you share this with me?
'Cause darling, without you
All the shine of a thousand spotlights
All the stars we steal from the night sky
Will never be enough
Never be enough
Towers of gold are still too little
These hands could hold the world but it'll
Never be enough
Never be enough

La canción se reproduce en el auto de Kai mientras nos dirigimos al colegio. Miré por la ventana preguntando cómo estarán papá Vernon y mamá Jeongi en su viaje a París. Lea les había comprado dos boletos para que ambos puedan tener una nueva luna de miel.

— No estés desanimada, Chae. — Él comenta animado, mirando la avenida. — La próxima semana es la última y comenzarán las vacaciones de verano. Podríamos ir a visitar a tu papá, o de campamento… Chae.

— Quiero quedarme en casa, odio el calor. — digo sin dejar de ver el camino.

— A ti te gusta el calor… — pero no le respondí. Él carraspeó incómodo. — Iré el viernes que viene a Serlim, retiraré mi título secundario.

— Que bueno.

— Eun Chae… — Volví a la realidad y lo miré con una sonrisa que no lo convenció entonces volvió a ver el camino. —¿Vendras con el uniforme?— Bromeé pero no le causé ni una risa.

— Puedes hablarme si algo te molesta. Confía en mí, Eun Chae. Por favor.

El auto se aparcó en la entrada del Instituto, logré despedirme a pesar de que no se viese con ganas de dejarme ir.
Caminé sin mirar atrás oyendo el motor sonar y el auto arrancar, me dirigí directamente a mi clase bajo las miradas peyorativas sobre mi y comentarios bajos que no pude escuchar.

Ingresé a mi salón y todos giraron para verme. Esto se sentía como un deja vú, me quedé inerte al ver mi escritorio rayado y sucio, como mi silla.

“Perra. Sucia. Recogida. Paria de la sociedad. Pobre. Muerete. Asesina”.