Capitulo 41: Tranquilidad

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Baje las escaleras de la torre para ir a una cafetería que alguien me había recomendado.

No estaba muy lejos, quedaba prácticamente al lado del campus y tampoco es que me cansará por caminar, ya no.

-Estoy agotado...

Solo mentalmente

Mientras pasaba por la última planta hacia la salida mire a Ravel conversando con unas chicas de la clase. Entre ellas la peliroja lista.

¿Erain? ¿Elise? ¿Alice?

[Ni siquiera te acercas, Elaine]

Ah sí, Elaine.

Ravel, para ser un demonio se adapto bastante rápido al entorno.

Estaba de espaldas pero sentía como se llevaba bien con todas.

Totalmente diferente a cómo me trata a mi.

A mí mente llegaron los recuerdos de lo que le dije a Kokabiel.

-Tal vez fue por eso.

Seguí caminando a la salida pero sentí una firma acercarse rápidamente a mi.

Mire de re ojo a quien se acercaba corriendo. Para mí sorpresa era Elaine y se miraba con toda la intención de hablarme. Entonces me detuve.

-Disculpaaa, Hyoudou.

Hablo fríamente.

Llegó hasta donde yo estaba.

-¿Que pasa?

-Tiempo sin verte, ¿a dónde vas?

-¿Te importa?

No tenía porque tratar bien a esta chica, después de todo simplemente me vio como alguien débil.

-¿Eh?

Dijo confundida.

-Disculpa, ¿Estás molesto?

No dije nada y seguí mi camino.

Pero...

Ya iba a media salida del campus y...

-¿Me vas a seguir?

-Quiero saber porque estás molesto conmigo

-Tsk.

Salí del campus y fui a la cafetería que estaba a la vuelta cruzando la calle.

Elaine aún me seguía.

No había tantos carros o gente en la calle, supongo que por la hora, aún así todos los establecimientos ya estaban abiertos y había gente dentro.

Y por fin llegué a la cafetería.

Pedí un café negro y unos hotcakes para desayunar.

Podía hacerme de comer yo mismo pero no tengo muchas ganas.

Me senté en una mesa hasta la derecha, me quite la chamarra y la puse en mis piernas.

-Aproposito...¿Por qué te sientas en la misma silla que yo?

-Bueno, jamás había venido a un lugar como este.

-Solo es una cafetería...

Suspiro.

-Ademas hay muchos más asiento allí.

Apunte a todos los lugares vacíos.

-Si...-Elaine agachó la cabeza y luego me miró, aunque su expresión no mostraba mucho.-Perdon si dije algo que te molesto

Issei Hyoudou: El creador de espadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora