Gavrel
«Alejate»
Mi mente lo grita, pero no logro entenderlo. Debo irme, dejarla en Milán y hacer de cuenta que no existe, pero algo me lo impide. No son celos, no soy tan imbécil de crearme cuentos estúpidos en la cabeza.
Si lo quisiera la tuviera de nuevo, ella no se negaría, me lo demostró en la noche cuando gimió mi nombre en el balcón, mientras quería bombear en su interior para saciar las ganas que tengo de volver a encajarle la polla.
No quiero responsabilidades eso no es lo mío. No quiero ni siquiera la posibilidad de sostener una relación en este momento, tengo mucho que pensar más en que ayudarle al Korol.
Viéndola desde mi lugar mientras ella está acostada en la cama de una forma desordenada, porque no puede tan siquiera mantener el orden, lo cual me hace exhalar con exasperación de solo ver con quién pasé la noche.
Aunque no la haya tocado de otra manera después de que se durmiera, para mí representa una verdadera pesadilla y solo pensar que la tengo cerca...no es muy habitual de mi parte verme con alguien a quien considero no es apta para mí.
Ella no está acostumbrada a lo que yo y por mucho que llegue a gustarme, llegando a admitir que me gusta, no puedo simplemente ignorar la realidad. Ella ve la vida de una forma distinta a lo que yo. Mientras la salvaje quiere diversión, gozar de plenitud de una vida llena de calma, en la cual solo importa su carrera y subir esas fastidiosas fotos que por supuesto, me aseguré no estuvieran en redes, para mí es un punto muy distinto.
Es como pedirle al fuego que se junte con el agua y no pasara mayor reacción, pero llega un momento en el que se evapora, lo que estaba pasando justamente conmigo en este caso.
Debo serenar mi cabeza, pienso que esa es la solución. Ella solo es una chiquilla caprichosa, la cual está acostumbrada que todo el mundo le dé su atención. Lo supe por cómo se comporta con su familia y cómo la tratan todos, pero no me veo haciendo parte de un círculo tan pacífico.
No es lo mío y lo entiendo porque en mi familia únicamente es ese gen de querer ver caos y ser parte de quién lo formó es algo que es inevitable no tener. Pero la sola imagen de Arlette recostada en una cama que debería ser mía, abrazando una jodida almohada, mientras sus mechas de cabello cubren su frente, le dan un aspecto tierno, lo sentí como una invitación a unirme a ella.
Debo ignorar esa sensación, debo hacerme a un lado porque no es algo que vaya a darme tanta satisfacción. O al menos es de lo que trato de convencerme porque claramente si lo hacen en cierta medida.
Es una chiquilla traviesa, altanera hasta un poco narcisista, cosa que me llama la atención. A un grado menor soporto a esa clase de persona, que sepa lo que vale sepa, lo que quiere y vaya por ello, sin necesidad de estar pidiéndole ayuda a alguien, porque sabe que no puede sola. Arlette en cambio no. No espera que nadie le dé las cosas a manos llenas
Aunque sus confesiones en esa habitación de hotel esa anoche fueron un tanto confusas en ese sentido, Ya que según sus propias palabras, aspira a tener algo extremo.
Yo puedo dárselo claramente, tengo la posición, la economía pero sé que descontrolarme en ese sentido con ella no es algo que vaya a darme ganancias.
Debo grabarme eso porque se está yendo por un lado en el que no encuentro algo que aferrarme para seguir pensando lúcidamente, porque quiero hacerlo. Quiero acercarme volver a sentirla como lo hice esa noche en el que prácticamente se convirtió en algo que me tiene con la cabeza a punto de estallar, con solo pensar que alguien más puede tocarla.
Por segunda ocasión estaba sintiendo masacrar a personas y es algo que contribuyó a que me alertara por lo que estaba sucediendo.
Fue lo que describió Damien cuando conoció a Briana y hasta Zarya sabe de eso, porque a dónde los llevó eso, es lo que no quiero.
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Wildness
RomanceUn error, dos días, tres caprichos Una equivocación lleva a Gavrel con alguien diferente a lo que pensó. Sin preguntas, sin nombres ni vida además de la que coinciden esos dos días en que el desenfreno es el único protagonista de sus deseos. No se...