Capítulo 16

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Arleth

La comida no me sabe a nada, busco en el refrigerador para tratar de aminorar el enojo, pero estoy tan molesta que termino por dejar todo de nuevo en su lugar.

Opto por un jugo de zanahoria con naranja, lo cual es lo que me llevo a mi habitación tomando una revista en la que busco algún artículo que me distraiga.

Mi teléfono no deja de timbrar y al verlo es Elién, el cual me pide que si puedo acompañarlo. La distracción que estaba buscando, me digo.

Cojo un taxi y salgo a la dirección que me envía, donde no tengo la menor idea para que quiere mi compañía, pero termino por no preguntar más de lo que debería. Termino por arrepentirme cuando veo el sitio abarrotado en donde me piden hacer fila.

Le explico al guardia que solo vengo por mi primo, pero no me entiende y decir que soy la prima del dueño es algo que no quiero usar. Detesto esa clase de presunciones.

__ Tu guardia no me deja entrar, así que mejor esperaré a que salgas. - le digo cuando me contesta la llamada.

__ Espera me comunico con él, te necesito aquí, no allá. - me dice.

__ Pero no traigo ropa para estar ahí. - me miro la imagen tan poco presentable que tengo. - ¡Ni zapatos me puse!

__ Eres una exagerada. ¿Estás vestida para ir a un restaurante de comida rápida? - pregunta.

__ Vestida y dispuesta. - respondo con rapidez. - Pero apúrate que me veo como una sexo servidora en este sitio.

__ No sé porqué me sigue sorprendiendo tu habilidad para crear tantos cuentos. Salgo en unos minutos, espérame al frente de la calle. - se ríe y cuelgo alejándome del lugar para no parecer que estoy irrumpiendo en la fila.

Todos me miran mal, la capucha no me la saco y camino como si fuera un pandillero orquestando un atraco.

Cruzo la calle y busco algo con qué distraerme, aunque lo único que tengo es el móvil.

Tomo una fotografía del club, captando mis pies al mismo tiempo. La subo a mi red social con una descripción que se me hace divertida.

A todos los que la comentan inmediatamente les pasa igual, aconsejando que no es necesario una gran preparación si lo que quiero es entrar a divertirme.

Pasan de trescientos comentarios en cinco minutos y yo debo desactivar mis notificaciones porque mi móvil no deja de timbrar. No alcanzo a leer uno cuando otros son publicados, por lo que solo contesto unos cuantos.

Elién no llega rápido y me comienzo a desesperar, enviándole un mensaje que me contesta con que está intentando salir, pero hay mucha gente.

__ Claro, como soy el Gran Maestro Oogway. - peleo sola.

Cuento ovejas. Me limpio las uñas de una mano con las de la otra. Vuelvo a hacerme el moño. Me siento en la acera y me golpeo la cabeza contra el tubo que tengo a un lado. Elién no aparece y cuando veo la hora, solo han pasado cinco minutos.

__ Lo voy a matar. - me digo, viendo cómo alguien se planta a mi lado. - Si quieres asaltarme, pierdes el tiempo. No traje un dolar y ya tengo hambre de tanto esperar.

Lanzo la envoltura que había cogido de la calle.

__ Me pagaste casi dos millones por un auto desbaratado. - me dice esa voz que me hace sobresaltarme y levantarme rápido. - Dudo que hayas caído en quiebra.

__ ¿Ahora te gusta acosar, ruso? - le pregunto obteniendo una risa burlona del imbécil a quien lo idiota no le quita lo atractivo.

__ No, estaba revisando algunas cosas con Emilio. - contesta como si nada.

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