Capítulo 11

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Gavrel

La ola de murmullos crece en cuestión de segundos, todos tienen la mirada fija en mi padre, mientras que Genrich sonríe victorioso por obtener el enfrentamiento.

Mi padre suelta los nudillos de su camisa, entrando a paso lento a la jaula que es recubierta por los barrotes que impedirán que uno de ellos huya.

Sonríe de medio lado y no sé si sentir pena por el sujeto o aplaudir su estupidez.

Solo a Genrich puede pensar que puede ganarle a un hombre que fue forjado con entrenamiento que él apenas conoce.

Mi madre se pone de pie dándole el apoyo a su esposo, siguiendo cada uno de sus hijos en un lineamiento perfecto de mayor a menor, veo a Briana copiar nuestras acciones y para cuándo me doy cuenta el comandante está expectante también, mientras Jordan apenas reacciona, su voz titubeante se disculpa con todos, nadie le responde.

__ Un honor para mí presentar a un hombre que es una leyenda entre las leyendas. Un hombre que de algún modo hizo que todo lo que sus ojos alcanzan a ver en este sitio fuera posible. - lo elogian y ni se inmuta al oír toda clase de cumplidos por ser quién es, algo que se refleja en Genrich como no grato para él.

Damien es el primero en moverse, yendo a la esquina, seguido por Zarya, Leska y yo, posándonos de su lado, mientras Vladimir, Dima y Avel lo hacen del lado de Genrich.

Escucho la campana sonar y clavo mis ojos en la pelea que se desata, siendo Genrich que le dice algo al korol, sin obtener mayor respuesta que solo un gesto ladeado.

Veo como mueve los hombros, mirando cada punto, antes de evadir el golpe que Genrich quiere atinarle a la cara, retrocede con calma, su primo regresa y el korol ni se esfuerza en soltar algún golpe.

__ ¿Te ablandas, korol? - en tono burlesco pregunta su primo. Suelta un puñetazo más que impacta en el pecho de mi padre y Avel es el primero en reír. - Contaban que eras de los mejores. No veo eso.

__ Porque en una pelea no se habla. - declara dando un paso atrás, evadiendo el puñetazo que roza su nariz solamente, Genrich estira la pierna queriendo tirarlo, sin embargo mi padre es rápido y no lo permite, quedando atrás suyo con una velocidad que sorprende a todos.

Un codazo golpea la espalda de mi padre y mi madre con la mirada al frente solo muestra su confianza en su esposo, aunque sus hijos sabemos que aún teme que algo le pase.

Genrich sale en la espalda de mi padre y el empujón que le da lo hace reír, pero cuando Dante se gira impacta el puñetazo que le rompe la nariz, lo aturde, pero Genrich se recupera siendo veloz, no obstante parece que estudiar al contrincante es algo que Dante no ha perdido porque al querer devolver el puño, es envuelto con rapidez.

El korol pega una rodilla a la lona y tira del brazo que cruje sacando el halarido que levanta los vitoreos de quienes están ansiosos de ver sangre.

Se levanta, mueve sus hombros y mira las mangas de su camisa con despreocupación, momento que su primo aprovecha para recuperar su postura de luchador. Lo próximo que veo es a Dante siendo enredado por una pierna de Genrich, al tiempo que pasa sobre él, creyendo que lo dejó en el piso, pero la listeza de mi padre se nota aún más cuando con la misma voltereta lo deja bajo su cuerpo con un brazo doblado en su espalda.

No se esfuerza, porque de algo estoy seguro, el korol no está luchando. Para él esto es solo una clase mínima de lo que sabe, pues no lo toma con prisa, no usa toda su fuerza.

Veo como intenta por todos los medios tirarlo a la lona, pero cada vez quien queda con la cara pegada a esta es Genrich. Se levanta, intenta y falla, mientras tanto el korol, no cae, acierta y lo humilla en una muestra clara que no le interesa ni siquiera pelear por un título que de quererlo, ya fuera suyo.

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