◍⁠Día 1◍⁠

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Tomarse de las manos

Kirishima miraba intensamente a la nada, parecía estar reflexionando algo profundo y filosófico, las chicas comentaban sobre su comportamiento que les había llamado la atención después de que Kyoka le preguntará algo y Kirishima se mantuviera como estatua.

—Tal vez se quedó dormido con los ojos abiertos, a veces me pasa —dijo Hagakure, restando importancia al comportamiento de su compañero aunque también le pareciera curioso.

Kyoka la miró confundida, luego su mirada fue a Uraraka que parecía formular una respuesta, pero comenzaba a quedarse igual de perdida que Kirishima.

Para evitarse más confusión y que la cadena de pensamientos se esparciera, se acercó a Kirishima. Al tocarle el hombro ambos brincaron por la acción contraria, Jiro le hubiera removido la cabeza a su amigo con ondas sonoras por el susto, pero este ya parecía lo suficiente aturdido.

—¿Por qué no quiere darme la mano? —cuestionó Kirishima en voz alta, a lo que su amiga parpadeo para comprender.

—Si te refieres a quien creo que es, y estoy completamente segura de que lo es, deberías de preguntarle directamente.

—Ya lo hice y no quiere decirme —el gesto que hizo, junto con su aspecto antes de dormir, hablando un poco la actitud de Kyoka.

—Bueno, sabes mejor que nadie que le cuesta expresar ciertas emociones.

—¿Crees que sea algo mío? —no era algo que Kirishima pensara realmente pero tampoco podía descartarlo, además no tenía pistas claras del porqué.

—No, probablemente sea algo de él. Además, hay personas que al contrario de ti, no somos mucho del contacto físico —explicó mirando a otro lado, porque precisamente ese tema tampoco era su fuerte.

—Lo sé, a veces lo olvido, supongo que no me queda más que darle su tiempo —dijo dejando caerse en el respaldo del sofá de los dormitorios.

—Con eso aclarado ¡¿Me vas a decir dónde están escondidos Mina y Kaminari?! —amenazó a con uno de sus auriculares.

Con la mente despejada recordó que ambos revoltosos le habían advertido alejarse de Jiro. Bueno, tiene otra cosa con la cual complicarse la cabeza, como una buena coartada para sus amigos.

Después del exhaustivo interrogatorio, buscar a Shinso y tratar de "salvar" a sus amigos, pudo regresar a su habitación, y ahí estaba su principal desorden.

—¿Dónde estabas —preguntó brusco Bakugo, recargado en el escritorio de Kirishima. —Saliste de aquí hace una hora.

Wow el caos de sus amigos había durado más de lo esperado.

—Ya sabes, Kaminari y sus cosas.

Bakugo lo examinaba de arriba a abajo, lo notaba decaído, pero no era su culpa ¿Por qué mierdas no aceptaba un "no" por respuesta?

Por su lado Kirishima volvía a su monólogo interno: "Prácticamente he tocado todo su cuerpo, por que tendría que disgustarle que le tome la mano cuando le ha apretado, masajeado y acariciado cada rincón"

Sin realmente quererlo, Bakugo apretó la mano tras su espalda, pues no saber que hacer con Kirishima lo ponía nervioso. Y ahí estaba la razón.

Una cosa era sudar por entrenamiento, en un enfrentamiento para él era vital, y durante el sexo era inevitable, pero le parecía ridículo y vergonzoso sudar por los nervios como un niño torpe o un adolescente embobado e inexperto.

Tenerte a mi lado • Kiribaku Month Donde viven las historias. Descúbrelo ahora