Tenerte a mi lado • Kiribaku Month

◍⁠Día 7◍⁠

Amor no correspondido

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Katsuki nunca había recibido como respuesta un "no" a algo que quisiera. Toda su vida había obtenido lo que quería, ya sea por la voluntad de las personas o su propio esfuerzo, pero nunca un "no".

Fue así hasta que cruzó miradas con ese chico pelinegro que tomaba fotografías a los árboles frutales.
Sus ojos eran de un rojo granate y brillante, que no se comparaba con ninguna flor o fruta de la región.

Cuando el fotógrafo sintió su mirada, dejo de mirar por el lente de su cámara, busco a quien lo miraba de reojo y, aunque Bakugo intentó ser discreto en un principio, no alcanzó a mover sus ojos a tiempo.

El fotógrafo sonrió ligeramente de lado, a la vez que lo saludaba con la mano.

Katsuki agradeció que el chico fuera amable, no como él, que probablemente le hubiera levantado el dedo medio a un desconocido que lo mirada de esa manera.

Comenzó a caminar hacia él, no quería incomodarlo, así que espero a que dejara de tomar fotos para acercarse más.

—¿Vienes aquí por primera vez? —eso ya la sabía. Su familia era dueña del campo y los viñedos, eran pocas las veces que se paseaba por ahí cuando les daban recorridos a los turistas, pero recordaría ver al chico, al menos al entrar lo hubiera visto de reojo y llamaría su atención justo como ahora.

—Si, vengo por unos buenos paisajes para mí exhibición —dijo sin apartar la mirada de su cámara, parecía ajustarla.

—Escogiste el lugar perfecto, sin importar la temporada siempre hay una buen imagen que tomar —se acercó aún más, inclinó su cabeza para tratar de ver al fotógrafo con más detalle.

El chico levantó la vista sonriendo, Bakugo quedó cautivado con su peculiar sonrisa, parpadeo para salir de la impresión.

—Lo sé, es muy recomendado. Me costó un poco pagar el viaje pero valió la pena.

Katsuki quiso buscar otro tema de conversación, pero parecía que el fotógrafo no tenía verdadero interés en profundizara conversación.

—Conozco un buen lugar, es en el campo que está pasando los manzanos. Podría mostrartelo.

—Eso suena raro viniendo de un desconocido... —dijo el fotógrafo con una pequeña sonrisa incómoda.

—Entiendo, me presento soy Bakugo Katsuki —dijo primero guardando las manos en sus bolsillos, luego sintió incorrecto hacer eso así que saco la mano para dársela.

El fotógrafo lo miró asombrado.
—¿Bakugo, como los dueños de todo esto?

No quería ser presumido pero no pudo evitar sonreír con soberbia.
—Exactamente, por eso sé dónde hay mejores sitios para tomar fotografías.

—Bien, me llamo Kirishima Eijiro —apretó la mano que le había ofrecido Bakugo. —Hay que aprovechar la iluminación natural —sugirió emocionado.

Había logrado convencer al fotógrafo de ir con él, no lo desaprovecharía para hacer más preguntas.

En ese extenso campo había flores de diferentes colores, demasiado diversos y contrastantes con el verde del pasto y los tonos de la mañana.

Uno de los trabajadores se acercó a ellos con una cesta, Bakugo la tomó y le agradeció.

—¿Eso que fue? —dijo riendo Kirishima. Se sintió raro por la personalidad de Bakugo como dueño. —¿Qué traes ahí?

—Bueno, ya que aceptaste que te muestre las mejores vistas, también compartiré contigo lo mejor del viñedo —de la cesta saco una botella de vino, con su otra mano mostró que también había pan, frutas y más cosas para comer —Es un Cabernet Sauvignon.