◍⁠Día 19◍⁠

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Kaminari sabe


Cómo no va a saberlo, si siente que la tensión lo asfixia...

—Te lo digo en serio, Mina, esos dos se traer algo raro. No soporto estar más de dos minutos en el mismo espacio que ellos.

—Creo que dramatizas como siempre, si pasara algo ya me habría dado cuenta ¿Tú qué crees, Sero?

—Que deberian dejar de sacar conclusiones sino son buenos en ellas —respondió sin apartar la vista del manga que leía; la verdad estaba un poco agobiado por las teorías de Kaminari.

—¡Ah! ¡¿Sabes algo?! ¡Dímelo! —Kaminari se arrojó a Sero y comenzó a sacudirlo por los brazos. —¡Dime o contactaré a mis investigadores! —amenazó como último recurso, sabe que Sero no se puede negar cuando se trata de involucrar a su compañero de piso en sus travesuras.

—No hagas eso —le dio un pequeño golpe en la cabeza con el manga. —Bien, primero, ¿qué tipo de tensión sientes? —cuestiono Sero para no tener que ser tan directo y que el secreto que descubrió no saliera de su boca.

—Humm... No lo sé, como si quisieran decir o hacer algo con muchas ganas y algo invisible se los impidiera —hizo memoria de los que le había pasado esa mañana en la sala común.

Pareció que el rostro de Mina se iluminó y Sero temió lo peor.
—Yo creo que la pared invisible en realidad se trataba de ti. Tal vez querían salir a un lugar y no querían que te enterarás para tampoco tener que decirnos a nosotros.

—Por supuesto que no, de hecho esa fue justo la excusa que me dieron para salir de ahí —reflexionó lo que acababa de decir.

Los ojos de Mina volvieron a abrirse por la impresión.
—Ya sé... No, no puede ser posible.

—¿Qué, qué sabes, lo entendiste? Pero dime —Kaminari comenzó a lamentarse. —Tiene que decirme uno de los dos —les apunto acusatariamente.

—Primero voy a confirmarlo y comentarlo con las chicas. Ya regreso —dijo Mina, saliendo a toda velocidad de la habitación de Sero para ir hablar con sus amigas.

—Muy bien, entonces me lo tienes que decir tú —apunto Kaminari a Sero, mientras lo rodeó contra el puff para que no escapara.

—No pienso decir nada, no me corresponde —se mantendría firme por el respeto a la privacidad de sus amigos, pero sobre todo porque no quería problemas con Bakugo.

—Bien... —Kaminari se levantó y caminó hacia la puerta. —Estoy seguro de que a mí equipo esto les interesará mucho.

—¡Kaminari, vuelve aquí! —gritó Sero tomando a su amigo del brazo para sentarlo en su cama. —Yo no puedo decirte nada, solo lo deduje y si estoy equivocado nos meterás en problemas.

—Está bien, yo tampoco lo hacía porque Kirishima me asusta —mencionó cruzándose de brazos inconforme.

—¿Qué? ¿Cómo puede darte más miedo Kirishima? —Sero cuestiono incrédulo. Kirishima era la persona más amable que jamás ha conocido.

—Tú no lo has visto. Una vez cuando fui a su casa, sin querer rompí una figurita de Crimson Riot que tenía sobre su escritorio. Temí por mi vida, si así se pone por una figurita imagínate cómo se pondría por Bakugo.

—Espera... o sea que si sabías. Solo querías que alguien más lo admitiera ¡Eres un traidor cobarde! —ahora era Sero el que apuntaba con su dedo de manera acusatoria a su amigo.

—Ha, prácticamente lo acabas de admitir —dijo Kaminari celebrando con un pequeño baile aún sentando en la cama. —Lo siento amigo —se levantó de hombros, luego intentó moverse de la cama pero Sero se lo impidió.

Tenerte a mi lado • Kiribaku Month Donde viven las historias. Descúbrelo ahora