◍⁠Día 13◍⁠

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Bosque

Tal vez sí debió hacerle caso a su madre cuando le dijo que se cubriera mejor y, no responderle que era una vieja exagerada.

Su pie resbaló llamando la atención de Kirishima, lo que hizo que bajara demasiado rápido a ayudarlo.

—No, quita. Estoy bien —Bakugo le dio un golpe a la mano que Kirishima le ofreció.

—No quiero que caigas y te partas la cabeza, pero allá tú —se alzo de brazos fingiendo desinterés. Bakugo bufo, pero aún así le dio la mano para que lo ayudará a subir.

—Además de sentir que te atraso, me ayudas a subir; ridículo...

—No me atrasas, vamos bien de tiempo —dijo señalando al horizonte. Podría ser solo una frase para hacerlo sentir mejor, pero de verdad había aprendido a medir la hora con el sol aunque  al principio se le había complicado. —Y el camino está feo por el cambio de temporada.

Desde que Bakugo se lesionó la rodilla sus vidas no habían sido igual, para empezar había dejado su expectativa de ser un prodigioso e importante cirujano militar. Por la lesión no presento el examen y el tiempo de rehabilitación lo había atrasado; mientras Kirishima iba a clases en la universidad, Bakugo se había quedado en casa inmovilizado.
Ahora estaba muy desmotivado como para presentar el examen en la misma universidad que Kirishima.

Por eso pensó que venir a hacer senderismo les ayudaría, pero se la han pasado con un humor complicado desde que Kirishima paso por él a casa de sus padres.

Bakugo siguió caminando pasando delante de Kirishima, luego se sentó en un tronco que estaba a un lado del camino; apretó sus manos contra el este y suspiro muy enojado. Kirishima se acercó a sentarse a su lado, pasó la mano por la rodilla de su novio, con suavidad masajeo como le había indicado Mitsuki.

—No debiste venir en shorts —habló con la misma suavidad con la que movía la mano.

—Tú también... —Bakugo gruño irritado. —Es para moverme mejor —explicó en voz baja.

—Y ahora no te puedes mover... —dijo con diversión, luego recibió un buen golpe en el hombro. —¿Tienes la rodillera en la mochila? Creo que traigo unos pantalones extra —se levantó para buscar en la mochila de Bakugo.

—Que casualidad... Esta en la bolsa de enfrente —en esa misma bolsa también estaban sus pantalones. Kirishima tomó ambas cosas, se agachó frente a él, sobo una vez más su rodilla antes de poner la rodillera.

—¿Te los quito o te pongo encima el pantalón? —dijo de forma coqueta, mientras paso las manos por sus piernas. Bakugo sonrió con arrogancia, pero comenzó a quitarse las botas. —Bien, de todas maneras te los quitaré después —comenzó a reír, incluso cuando el pie de Bakugo lo empujó por la cara y cayo al piso.

—Hay que darnos prisa. No quiero que nos alcance la loca de Camie —dijo acomodándose los pantalones.

Kirishima le ayudó a abrocharse las botas y luego le extendió la mano para comenzar a caminar.

Iban a paso más lento, lo disimulaban mirando lo que había al rededor, la vegetacion del bosque siempre llamaba la atención de Kirishima y Bakugo siempre le explicaba sin importar que se tratara de una flor cualquiera.

—Me encanta que sabes todo ¿Cómo hice para que alguien tan inteligente y guapo sea mi novio?

—No lo sé, a veces me preguntó lo mismo. Tal vez sea porque eres torpe y feo, nos complementamos —dijo Bakugo sonriendo, la cara de Kirishima lo hizo carcajear, pasó la mano por el cabello teñido con diversión.

Tenerte a mi lado • Kiribaku Month Donde viven las historias. Descúbrelo ahora