Capítulo 67

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Pov María José

Como cada día después del salir de trabajar, pasaba por la floristería que había cerca de allí.

Vend: ¿Que desea, señorita? -dijo amablemente la anciana detrás del mostrador.

Poché: Quería esa rosa, esa que está ahí -la mujer se giró y miró donde señalé—. La de color azul - añadí. La vendedora la agarro y la dejo en el mostrador.

Vend: Disculpa que me entrometa, pero ¿es para alguien especial? —preguntó mientras envolvía la rosa en un plástico.

Poché: Si, lo es.

Vend: Debe serlo, lleva viniendo todos los días desde hace tres semanas -forzosamente le sonreí- ¿Algún novio? -dijo sonriéndome.

Poché: Son para mi novia -dije-. Ella hace tres semanas que... -no terminé la frase, suspiré-. Son para ella -le di el dinero y subí de nuevo a mi coche.

Llegué a mi destino, estaba todo silencioso pocas personas caminaban por ahí a esas horas. Deje la rosa junto a las que había traído días atrás, las cuales empezaban a marchitarse.

Poché: Hola, mi amor, soy yo, Poché - dije en voz alta - Te traje otra rosa, una vez me dijiste que te gustaban y mira la de hoy es azul... - escuché la puerta de la habitación abrirse.

Mafe: ¿Poché? -dijo Mafe al verme- ¿Qué haces aquí tan pronto? No te vi llegar, estaba en la máquina de café –dijo la mujer antes de darme un abrazo.

Poché: Mi jefe me dejo salir antes —le informé— ¿Cómo ha estado hoy? -le pregunté mirando a Dani tumbada en la cama del hospital.

Dani llego al hospital hace tres semanas con apenas signos vitales y con una deshidratación aguda, sin contar también de los múltiples huesos rotos que tenía. Consiguieron reanimarla y, aunque estaba grave, consiguieron estabilizarla. Yo he venido cada día desde entonces, me pasaba las horas aquí junto a ella, los médicos decían que lo peor ya había pasado, pero yo tenía esos momentos de altibajos, tenía miedo de que muriera. Dani también había sufrido un traumatismo abdominal debido a los golpes en esa zona, además de los muchos hematomas que tenía por todo su cuerpo, algunos estaban empezando a cambiar de color, empezaban a ser amarillos, otros seguían azules, morados y negros.

Mafe: Todo sigue igual, sigue sin despertarse -dijo algo decepcionada—, pero sé que pronto lo hará – me senté junto a ella en el sofá. ¿Viste las noticias? —preguntó con algo de miedo, asentí.

Poché: Sí, lo vi cuando estaba almorzando en el trabajo -le informé.

El padre de Samuel, el juez, hizo una rueda de prensa explicando todo lo que había pasado, ya que se empezaron a filtrar rumores en la prensa.

Poché: Por eso mi jefe me dejó salir antes -dije- después de que pasaran la noticia me vio llorar y le tuve que contar que Daniela, mi novia, era la misma Daniela de que hablaban en la televisión -suspiré y me levanté para sentarme en el borde de la cama de Dani-. Cuando estábamos allí empecé a hablar - cuando salieron de la caseta esa donde la tenía, vi como apuntaba a Dani con la pistola, y de verdad pensé que la mataría -dije-, cuando escuche el disparo noté como me rompía por dentro -dije secándome las lágrimas con rabia—. ¿Está mal no sentir pena por él? -pregunte-. ¿Soy mala persona por sentir alivio por la muerte de alguien? -Mafe se levantó y me abrazó, mientras lloraba en su pecho.

Mafe: Llora todo lo que necesites, Poché, desahógate -dijo acariciando mi pelo.

Poché: Ese hijo de puta le hizo daño, la maltrató, intentó matarla y el muy cobarde se pegó un tiro en la cabeza -lloré-. No es justo, tendrían que haberlo encerrado, tendrían que haberlo castigado -dije con rabia—. ¿Sientes lastima por él?

Cuestión de Tiempo | CachéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora