Capítulo 24

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Una hora, dos, tres, cuatro... Y todavía esos enfermeros no salen de esa habitación. Estoy en shock y lo único que hago en mirar esa puerta esperando información de mi novio.

-Jess vamos a casa -dice James tocando mi hombro.

-No, quiero quedarme -digo sin despegar la mirada de la puerta.

-Volveremos después... -lo interrumpo.

-¡No me iré! ¿¡Qué parte no entiendes que me quedaré!? -le grité.

-Cálmate él estará bien -dice susurrando para tratar de calmarme.

-¡¿Y que pasa si no!? ¡Dime! ¡¿Que pasaría si no estaría bien!? ¡No podría soportarlo! -me dejo caer por la pared deslizándome hasta quedar en el piso mientras lagrimas caen por mis mejillas hasta mi boca y sentirle el sabor salado.

-Tienes que calmarte Jess, por favor -miré a James que suplicaba que me calmara con su mirada.

-Lo siento, yo no quise gritarte -lo abrazo -, lo siento -sollozo en su hombro.

-Todo va a estar bien tranquila -acaricia mi espalda.

(...)

Después de que me calmara un poco fui a la cafetería del hospital a tomar algo ya que me había dado hambre. Los doctores salieron de la habitación minutos después de que llegara Calum con Sam hace media hora, dijeron que darían noticias si empeoraba más, no nos quisieron decir el por qué de los sonidos de la máquinas.

Eso quiere decir que tal vez, solo tal vez, haya una pizca de esperanza para que él salga bien de todo esto, y la tengo.

No soportaría que le pasara algo malo, no a otra persona que amo.

Miro a cada persona que pasa por a mi alrededor, personas enfermas, enfermeros, parientes de personas enfermas... A veces me pongo a pensar por qué todo le pasa a uno que no hace algún mal.

A lo que me refiero es, perdí a mi hermano, él era buena persona con todo el mundo por más que algunos lo trataban como mierda, siempre tenía una sonrisa por lo que recuerdo y esos recuerdos se están yendo con el tiempo, pero no quiero que esos recuerdos se vallan.

Y por la otra parte está Mike, el tampoco es mala persona, si es un idiota a veces pero fuera de eso -como ya dije- es una persona hermosa y... no tengo palabras para él. Ese día que se confesó conmigo fue el día más feliz de mi vida. Nunca nadie antes me habían dicho algo igual, esas cosas tan tiernas... me hicieron sentir diferente.

No me había dado cuenta de que ya estaba llorando otra vez, se que ya lo dije y lo voy a repetir más de diez mil veces, pero no soportaría que a él le pasara algo malo.

-¿Jess? -levanté mi vista y ahí estaba... ¿Steven?

-Oh, hola -le susurro secando mis lágrimas.

-¿Que haces aquí? -pregunta.

-Es... Michael -susurro.

-¿Qué? ¿él está bien? -se sienta en la silla que está al frente mío separándola por la mesa.

-No -susurro otra vez para soltar más lágrimas.

-¿Qué le sucedió? -frunce su ceño.

-Tuvo un accidente en su moto, lo atropelló un auto y ahora tiene un problema crebrovascular -mis palabras solo eran susurros, es más casi ni se oían.

-Pero eso no es malo... -lo interrumpo.

-No creo que solamente sea eso, hay algo más que no quieren decirme -y así lo pensaba, había lago más que ninguno de los chicos o incluso la madre de Mike no me decían.

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