Cousins Beach siempre ha sido un lugar especial para Kylie.
El lugar donde pasó los primeros años de su vida. Dónde creció. Donde se formó como persona. Donde experimentó por primera vez lo que era la amistad, así como el amor.
El lugar en donde g...
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Esa noche, Kylie despertó en los brazos de Cameron.
Aunque la compañía del chico sin duda alguna la tranquilizaba, no podía resolver al completo su problema de sueño.
Así que con cuidado, la rubia retiró las manos de Cameron, que aún permanecían en su cintura, y se puso presentable para ir a dar un paseo. No era como si alguien la fuera a ver, pero de todas formas, se sentía mejor con la ropa arreglada.
Tras un par de minutos de caminata silenciosa, la chica encontró el sitio perfecto para observar la luna. Si no era luna llena, estaba muy cerca de serlo. Se veía toda su inmensidad con gran esplendor.
- ¿Sigues teniendo problemas para dormir? - preguntó una voz, acercándose a ella por detrás. A pesar de la gentileza en su tono de voz, la brusquedad de su acercamiento era notoria.
La chica dio un brinco, asustada. No esperaba que nadie se le acercara, y por un momento había llegado a imaginar lo peor. - Dios, me has asustado.
- Mi culpa, lo siento - se disculpó Steven, tomando asiento al lado de Kylie. Y a pesar de sus palabras, su carcajada lo delataba.
- Respondiendo a tu pregunta, aún no he conseguido encontrar la fórmula para dormir - contestó Kylie, un tanto irritada.
Steven era de las pocas personas que sabían de su dificultad para dormir, debido a una fiesta de pijamas que montaron todos una noche de verano en Cousins, e invitaron a Kylie. Steven se sorprendió al verla despierta a las cinco de la mañana, deambulando por los pasillos de su casa. Aquella noche le hizo compañía, estando a su lado hasta que la niña rubia quedó rendida.
Kylie odiaba esa condición. Detestaba esas noches antes de un examen en las que se desvelaba y pasaba horas y horas despierta, hasta que la luz aparecía y era hora de acudir a clases.
- ¿Cam Cameron no ha ayudado? - preguntó Steven, con un claro tono sarcástico en su voz. Si se le daba la oportunidad, el tendría que arremeter contra su mayor rival.
- Imbécil, ibas bien hasta ahora - aportó Kylie, que no podía aguantar más los estúpidos celos de Conklin.
En el fondo, muy en el fondo, prácticamente enterrado, de su corazón, a Kylie le atraían un poco los celos, siempre y cuando sean sin toxicidad alguna. Pero nunca en la vida lo admitiría en voz alta, porque era consciente de lo horrible que sonaba.
- Lo siento - se disculpó Steven, aunque Kylie sabía a la perfección que no era una disculpa sincera. - Prometo no burlarme más de Cam Cameron.
- Eso espero - lo advirtió Kylie, a quien toda esta competición le parecía algo infantil. Al final del día, el mayor porcentaje de la decisión era suya, y nada de lo que pudieran decir o hacer alguno de los chicos cambiaría su decisión.
- Por cierto - mencionó Steven. Había oído un par de cosas extrañas, y quería comprobarlas. - ¿Qué ha pasado entre tú y él...?
- Cuánta curiosidad, ¿No, Conklin? - Kylie se burló ante los pésimos intentos de Steven por conseguir algo de información, pero en parte le divertía que intentara disimular.
