Cousins Beach siempre ha sido un lugar especial para Kylie.
El lugar donde pasó los primeros años de su vida. Dónde creció. Donde se formó como persona. Donde experimentó por primera vez lo que era la amistad, así como el amor.
El lugar en donde g...
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«Tengo que trabajar en un puesto de la feria un par de horas, pero cuando termine estaré allí lo más rápido posible» prometió Cameron, escribiéndole un último mensaje a Kylie.
El castaño estaba emocionado.
Era la primera vez que veía a su mejor amiga. Por supuesto, habían hecho una cantidad impresionante de videollamadas, pero no era lo mismo que verla en persona.
Apenas podía creer que faltaba un turno de trabajo para poder envolver a la rubia en sus brazos por primera vez.
Kylie.
Kylie era una persona excepcional. Siempre dispuesta a ayudar a los demás y anteponerlos a sus propias necesidades, la rubia era como una explosión de luces que nunca quieres que se apague. Cómo los fuegos artificiales.
Y eso Cameron lo sabía de primera mano.
Lo cierto es que su historia con Kylie era bastante curiosa.
Los chicos se conocieron con alrededor de 14 años, cuando ambos entraban en la adolescencia. Shayla fue quien los presentó a través de una conversación por mensaje, y en seguida conectaron de una manera en la que no lo habían hecho con nadie más.
Cameron lo recordaba todo muy bien.
"«Cam Cameron, esta es Kylie. Una amiga de la infancia» escribió Shayla, sabiendo que ambos se caerían bien.
Conocía a Cameron, usualmente tranquilo y sosegado. También conocía a Kylie, energética e imparable. Hacían un maravilloso contraste.
«Hola :)» esas fueron las primeras palabras que la despampanante rubia le dirigió al humilde y mortal Cam Cameron.
«Hola :)» y al mismo tiempo, esas fueron las primeras palabras que Cameron le dirigió a Kylie. Un poco repetitivo, pero efectivo.
Esa conversación tan superficial fue el inicio de lo que sería una preciosa amistad."
- ¡Mamá! - Cameron llamó a su madre, nervioso por tomar una decisión. Tenía tantas posibilidades, y aún así parecía que ninguna era la adecuada.
- ¿Qué ocurre? - preguntó su madre, quien estaba genuinamente asustada ante el tono horrorizado de su hijo al llamarla. - ¿Estás bien?
Sin embargo, el verdadero pánico comenzó cuando sus ojos se posaron en la habitación extremadamente desordenada del de cabello rizado.
Parecía la cueva de un cavernícola. De hecho no, eso estaría más ordenado. Parecía un vertedero.
- Cameron, recoge tu habitación ahora mismo - le ordenó su madre, ignorante ante los ojos de su hijo, que le suplicaban que dejara el desorden a un lado, que ahora no era el momento. - Hasta huele peste.
Su madre procedió a taparse la nariz, observando más detenidamente el panorama. Camisetas, pantalones, chaquetas, gorras, calzoncillos, calcetines, e incluso el caro traje que había llevado a la boda de sus tíos, todo por el suelo y diversos rincones de su habitación.
