Cousins Beach siempre ha sido un lugar especial para Kylie.
El lugar donde pasó los primeros años de su vida. Dónde creció. Donde se formó como persona. Donde experimentó por primera vez lo que era la amistad, así como el amor.
El lugar en donde g...
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— ¿Qué tal con Kylie? – preguntó Skye, cruzando sus piernas con nerviosismo. — ¿Has hablado con ella?
— No, aún no – contestó Cameron, sin saber en qué momento se atrevería a tener aquella conversación con ella. — En algún momento tendré que hacerlo.
— ¿Has decidido qué vas a hacer? – volvió a cuestionar Skye, con intriga. Tenía un interés personal en conocer la respuesta.
Cameron soltó un suspiro pesado, sin poder creer lo que iba a decir a continuación. — Va a parecer que soy idiota, pero la quiero demasiado como para dejarla ir tan fácilmente.
Skye asintió, haciendo como que comprendía al chico, cuándo en realidad, cuestionaba sus decisiones. Cameron se merecía más que ser una opción.
— Oh – suspiró Skye, al darse cuenta de que no iba a poder llevar a cabo sus planes. — Había pensado… Déjalo, es una tontería.
Cameron en seguida abrió los ojos, curioso. — No, para nada. ¿Qué ocurre?
Vamos, Skye, tú puedes. O al menos eso quería pensar. Eso y que todo esto no parecería una gran estupidez. — Creía que después de lo de Kylie tendría una oportunidad.
Cameron entrecerró sus ojos, sin entender a lo que Skye se estaba refiriendo. ¿Oportunidad para qué? ¿Estar con Steven, Kylie…?
Mierda.
— Una oportunidad contigo – habló Skye, finalmente. Cameron quería fallecer ahí mismo, esto era justo lo que menos necesitaba ahora que todo se estaba viniendo abajo.
— Skye, yo… – intentó hablar Cameron, pero las palabras no salían por su boca. No sabía cómo estructurar lo que iba a decir. Todo esto le había tomado demasiado por sorpresa.
Podría no estar en la mejor situación con Kylie en ese momento, pero eso no hacía que automáticamente desaparecieran sus sentimientos. Es más, ahora sabía con certeza que eran más fuertes que nunca.
— No hace falta que digas nada, hasta yo sé lo ridículo que suena – se excusó Skye, que al ver cómo Cameron no parecía corresponder sus sentimientos, prefirió ignorar toda esta situación para no sufrir una mayor humillación.
— No, no. No es una ridiculez. – se apresuró a corregir Cameron. No quería que por su culpa nadie se sintiese menos de lo que era. — Eres una persona increíble, y aprecio muchísimo tu amistad, pero…
— No soy Kylie – terminó Skye, sabiendo a la perfección lo que pasaba por la cabeza de Cameron. No lo culpaba, había visto a Kylie. Nadie podía superar eso.
Cameron permaneció unos segundos en silencio, sin saber cómo iba a rebatir el comentario. Por duro que resultara, Skye tenía razón. — Lo siento.
— No te disculpes, debería haber leído mejor las señales – lo excusó Skye, que comprendía porque Cameron elegiría a Kylie. Al principio quiso no ver nada de lo que pasaba entre ellos, pero a medida que pasaba el tiempo resultaba imposible ignorarlo. — Está claro que quieres a Kylie. Y que ella te quiere a ti, incluso con todo lo de Steven.
