capítulo 13 | beso y ropa

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Cameron se estaba sintiendo como en un sueño

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Cameron se estaba sintiendo como en un sueño.

En un intento por callar sus balbuceos sin sentido, Kylie se había inclinado hacia él y lo había tomado por sorpresa uniendo sus labios en menos tiempo del que nadie tenía para soltar un mero suspiro de sorpresa.

Se arrepentía tantísimo de haberse perdido la imagen de Kylie tomando la iniciativa. Desde siempre pensó que si alguna vez llegaban a compartir un beso, Cameron atesoraría cada fotograma de la situación en su mente para nunca borrarlo.

Y sin embargo, y contra todos sus pronósticos o predicciones, había sucedido justo como nunca hubiera esperado.

Había imaginado un par de veces cómo besaría la rubia, pero el momento en sí llegaba a superar todas las expectativas que hubiera podido llegar a tener.

Tampoco es como si Cameron fuera un experto en los besos, pero tenía cierta experiencia con un par de chicas. Y tras este momento, podía asegurar con certeza que ninguna de ellas se asemejaba a Kylie en ningún aspecto.

Lo siento, Belly.

Pero Kylie era espectacular.

La forma en la que se movía, la forma en la que lucía, la forma en la que simplemente… existía.

Lo que a Cameron más le atraía de la rubia era su confianza, incluso para algo tan íntimo como lo era un beso.

Aún siendo amigos, a Kylie no le importaba la posibilidad de convertir las cosas extrañas entre ellos. Al menos, así lo parecía.

La chica tenía envuelto el cuello de Cameron en sus brazos como una profesional. La rubia incluso acariciaba con delicadeza la nuca del chico, provocándole escalofríos. Así mismo, sus labios se movían como si estuvieran programados para ejecutar una serie de movimientos y hacer de aquel beso el mejor que Cameron tendría jamás. Y por ahora, la misión estaba siendo cumplida con éxito.

Intentando compensar la habilidad y destreza de Kylie, Cameron posó una de sus manos en la cintura de la de ojos claros con cuidado de no pasarse de confianza. Aunque eso no importaba demasiado; después de todo, se estaban besando. La vergüenza se había perdido hace tiempo.

Sin embargo, y a pesar de sus intentos, era evidente que Cameron era un poco torpe en estos asuntos.

Pero apenas importaba, porque Kylie lo guiaba.

Era ella la que sabía, ¿Así que por qué ir en contra del orden natural?

Los labios de la chica sabían un poco a soda y fresas, una combinación que Cameron nunca hubiera pensado que llegaría a funcionar hasta ese preciso momento.

Era un beso tierno, lleno de dulzura -al contrario de lo que podía parecer-. Al haber empezado de forma tan brusca, ninguno sabía cómo iba a resultar, pero estaba siendo una experiencia reveladora para ambos.

UMAMI ; the summer I turned pretty (cam cameron | steven conklin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora