capítulo 34 | cuarenta y cinco minutos.

173 17 9
                                    

— Creo que me voy a desmayar. – avisó Kylie, abanicándose con su propio guión muerta del calor que hacía dentro del vehículo.

La realidad es que la temperatura tanto dentro como fuera del coche estaba bien. Es solo que Kylie estaba demasiado absorta en su propio nerviosismo que sentía la necesidad de exagerar todo.

— No te vas a desmayar. – le aseguró Cameron, abriendo la puerta del coche para ayudar a Kylie a salir.

Y cuando la chica tuvo contacto por primera vez con el asfalto de la calle de la gran manzana, al fin pudo respirar con normalidad.

El aire fresco es lo que había necesitado todo este tiempo.

— Estoy pisando tierra neoyorquina – anunció Kylie, tomándose un segundo para procesar todos los elementos de su alrededor. Era demasiado incluso para ella.

Estaba en Julliard.

Al fin estaba en Julliard.

El sueño que había tenido desde que era una cría al fin se estaba cumpliendo. Y era todo mucho más maravilloso de lo que nunca había imaginado.

— Y yo también. – contestó Steven, poniendo atención en la escuela en específico. Sólo por su fachada, cualquiera podía saber que tenía una reputación lograda.

— Siempre pensé que la primera vez que vendría a Nueva York sería para otro contexto. – aportó Cameron, igual de impresionado que sus amigos. A diferencia de ellos, él nunca antes había visitado la ciudad. Todo esto era nuevo. — Y la verdad es que pensaba que todas las novelas románticas exageraban, pero esto es impresionante.

Y es que Cameron no estaba endulzando la ciudad.

Nueva York tenía algo. Incluso si a primera vista podía ser una ciudad normal, sobreestimada por todo el mundo, había algo más. Era su simple esencia, la sensación que sentías al estar allí.

Porque aunque pareciera mentira, algo en el aire de Nueva York era diferente. Igual era la expectativa, pero Cameron pensaba que era inigualable.

Y eso que estaba frente a un edificio gris con un gran campus.

— Si esto te parece impresionante, tienes que venir conmigo en Navidad. – sugirió Kylie, que había tenido el privilegio de estar en Nueva York durante tiempos festivos un par de veces, y había sido la mejor experiencia de su vida.

— Sería un placer. – dijo Cameron, que aún teniendo la incertidumbre de si la propuesta se llegaría a cumplir en un futuro, estaba expectante por ello.

Estaba expectante por cualquier plan próximo con Kylie.

— La universidad es increíble. – aportó Steven, que como gran aficionado de las academias de prestigio, sabía apreciar la grandeza de un sitio tan consolidado como lo era Julliard. — Si esta va a ser tu vivienda por los próximos cinco años no me importaría visitarte.

— Aún no demos nada por sentado. – razonó Kylie, que no quería hacerse ilusiones tan pronto. Sabía que aún le quedaba un gran proceso para ser aceptada. — Quedan... Cuarenta y cinco minutos. – La rubia volvió a comprobar su reloj, intentando averiguar si lo que acababa de ver era cierto. — ¡Cuarenta y cinco minutos!

— Eso es mucho, ¿No? – cuestionó Cameron. Era un monólogo corto, si lo quería, Kylie aún podía practicar su audición nueve veces más. Era más que necesario.

— ¡Es una miseria! – protestó Kylie, intentando aferrarse a la columna de su lado en busca de estabilidad. Tenía que tomar un respiro. Un respiro largo y hondo.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 03 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

UMAMI ; the summer I turned pretty (cam cameron | steven conklin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora