capítulo 14 | confesiones nocturnas

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— Eres horrible en esto – confesó Kylie, mostrando al fin su baraja que contenía una pareja de onces y un trío de doces

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— Eres horrible en esto – confesó Kylie, mostrando al fin su baraja que contenía una pareja de onces y un trío de doces.

— ¿Cómo esperas que te gane a eso? – exclamó Steven, impresionado. Podía jurar que Kylie era la mejor jugadora de poker que había conocido jamás.

— Tienes que saber usar tus cartas – le aseguró Kylie. No sabía cómo ni cuándo había aprendido a ser tan buena, pero deducía que su padre y su obsesión por llevar una baraja de cartas a todos sitios había influido. — Y tener una pizca de suerte.

— Una pena – dijo Steven, recibiendo una mirada curiosa de Kylie, quien no sabía a lo que se estaba refiriendo. — Toda mi suerte la gasté cuando te conocí.

Kylie dejó escapar una sonrisa de derrota. — Mierda.

Hace más o menos una hora, los chicos habían comenzado con un juego inventado por ellos mismos nacido de la incapacidad de irse a dormir de ambos. Consistía en decir frases cursis hasta que el otro no pudiera más. Quién se rendía, perdía, declarando al contrario como ganador.

— Esa ha sido increíble – aportó Steven, orgulloso de su propia ocurrencia.

— Más bien, terrible – expresó Kylie, a quien de verdad le había afectado esa línea. Había sido lamentable con ganas. — Aún así, no lo suficiente como para darte la victoria.

Steven se quejó. De verdad pensaba que con ese cumplido horroroso había asegurado su puesto como ganador.

— ¿Otra partida? – le preguntó Steven, volviendo a mezclar las cartas con rapidez. Para eso sí que tenía habilidad.

— La última – accedió Kylie, mirando la hora en su teléfono. Ya era tarde, y era consciente de que Cameron la esperaba antes de irse a la cama. — Ganarte se vuelve monótono.

— No sabía que ahora te dedicabas a la comedia. – se burló Steven, repartiendo las cartas con los ojos cerrados, para que Kylie se asegurara de que no hiciera trampas -aunque de igual forma las hacía y seguía perdiendo-.

— Puedo dedicarme a lo que sea por ti – contestó Kylie, guiñando un ojo con diversión.

— Flojilla – fue lo único que respondió Steven, a quién no le había impresionado demasiado la frase. — Pero cualquier cosa que digas es perfecta.

— Me está empezando a doler el pecho físicamente. – compartió Kylie, que para este punto de la noche se sentía personalmente atacada con las malditas frases. — Agh, odio decirlo, pero eres demasiado bueno en este juego.

— ¿Te rindes, entonces? – preguntó Steven, con los ojos brillantes de la emoción. Nunca había experimentado aquel mito que era ganarle a Kylie, y se sentiría genial si esa noche fuera la primera vez.

— Nunca – habló Kylie decisiva. Por más que no pudiera aguantar esas frases horribles, no iba a dejarse ganar por nada en este mundo.

Steven miró sus cartas, poniendo la expresión facial más neutral posible. Para su mala suerte, Kylie podía leerlo como un libro abierto. — ¿No tienes nada, verdad?

UMAMI ; the summer I turned pretty (cam cameron | steven conklin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora