CAPÍTULO 5

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No tuve que esperar mucho. Al momento, Alice se colocó en el asiento del piloto e Isabella atrás

- ¿Entonces qué? ¿Qué hacemos ahora?

+ Verás... Edward llamó y Jacob respondió, el cambiaformas -dijo según vio mi mirada interrogativa- y por un malentendido mi hermano está ahora seguro de que Bella murió y va a Volterra.

- ¿Y? No perdemos demasiado si cumple su objetivo. Digo, si confía en un chucho no creo que sea una pérdida relevante.

Alice me mira de mala manera.

+ Es mi hermano de quien hablas, y tu nieto.

¿¡QUÉ!?

No, me niego a ser familiar de esa lentejuela andante. Mi familia ha de ser mejor. Pienso para seguidamente abrir la puerta del coche y largarme de ese lugar.

No llegué a poner el segundo pie en el suelo, pues Alice me agarro el brazo con fuerza evitando que saliera. Si quisiera le rompo el brazo, pero me cae un poco bien. Así que la escucho.

+ Si no lo haces por él, hazlo por Carlisle.

Maldita hada, sabe como embaucarme.

- Esta bien, pero que quede sabido que SÓLO y ÚNICAMENTE por él. Su hijo no merece mi ayuda – digo para recolocarme en el coche con destino al aeropuerto.

Ya llegamos a Italia y estamos buscando algún coche decente para ir en busca de brillitos.

Y parecemos un grupo de famosos de pacotilla o de desequilibrados: Alice parece la reina de Inglaterra con el pañuelo en la cabeza y las gafas de sol, todo un contraste porque lleva guantes... vaya estilo del que presume...; Isabella siendo... ella misma; y yo con una gabardina, gafas de sol y un sombrero. Que espectáculo tan lamentable.

+ ¿¡Cómo puedes estar comiendo en una situación como esta!?

Agh... cada vez me cae peor.

- Ya, cállate. Me quitas las ganas hasta de vivir. – digo mientras le lanzo una loncha del queso del bocadillo a la cara y el resto lo tiro a la basura (AN: recordemos el don de la humanidad) que robó – Alice, como no se calle esta obsesa se convierte en mi almuerzo. Él que avisa no es traidor, así que contrólala.

Le digo a Alice mientras veo a Isabella mirando con rabia, pero más miedo.

Hadita lleva por lo menos media hora buscando un coche lo suficientemente bueno para nosotros.

Cansado de esperar por ella, me acerco al dueño del deportivo más cercano a mí.

- Las llaves del coche- le digo mientras extiendo la mano.

+ ¿Qué dices? Ni de coña te...– para de repente al ver mi expresión y mis ojos.

Lo agarro del brazo, y lo empujo a una esquina donde hay contenedores. Lo agarro del cuello y lo empotro contra la pared.

+ Eh tío, no te enfades. Era una broma, toma las llaves. En la guantera del coche hay snacks por si quieres algo por el camino, ya sabes... -tartamudea sudando.

Una excusa lamentable para salvar su miserable vida. Valoro la creatividad, pero en este caso no.

Cojo las llaves, lo desnuco. Miro fijamente el cadáver, no puedo desaprovecharlo. Le muerdo hasta que me sacio. Lo tiro al contenedor y lo incendio.

Me acerco a Alice, que sigue en el mismo sitio y me observa.

- Vámonos – digo mientras le tiro las llaves y me siento en el copiloto.

Ellas dos se suben rápidamente y empezamos la marcha.

Me paso el camino maldiciendo. Yo que he estado milenios sin la necesidad de presentarme, ser juzgado e incluso ser conocido por el clan líder. Joder con Carlisle, cuando le di el collar me refería a una emergencia real de él, no de un vampiro bebé que no sabe diferenciar entre cantante de sangre o compañera. Con su inteligencia, estoy seguro que aún habiendo estudiado los mismo durante años, suspende alguna asignatura...

+ ... no creo que el coche sea ahora mismo el asunto más importante, Bella. – oigo decir a Alice cuando vuelvo a concentrarme en el presente.

Y encima como no tenemos suficiente con la ignorancia de Edwardito, Isabella no se calla. Esta empujando mis límites realmente, como siga así no llegará viva a rescatar a su amorcito. Estos dos juntos no hacen una neurona completa. UGH...

Viendo mi cara ambas deciden que es mejor ir en silencio durante el resto del camino. Menos mal, una decisión lógica.

Seguimos en un silencio incómodo, pero realmente no me importa. Lo prefiero.

Estoy perdido en mis pensamientos hasta que noto el coche parar, y veo a Alice recolocarse el pañuelo y salir. Yo me quedo dentro del coche, no quiero salir. Y ella me mira a los ojos y susurra: Carlisle.

Voy a empezar a odiarlo como siga usándolo de esta manera. Con esto salgo del coche de manera reticente.

Avanzamos hasta que vemos la plaza llena de gente con túnicas rojas.

- Están celebrando el día de San Marcos, que ironía – digo.

+ Bella, tienes que detenerlo, a ti no te verá venir. Vete en dirección de la torre del reloj – con esto ella se echa a correr.

Las sigo y cuando llegamos veo al que supongo es Edwardito descamisado abrazando a Bella.

Que patético. Inmediatamente él me dirige una mirada enfadada.

+ ¿Y tú quién eres?

- Yo que tú sería más agradecido mocoso, que vine a salvar tu culo brilloso – le digo mientras le lanzo la mirada más seria que puedo. Esto hace que se acobarde y no me responda.

A todo esto se nos acercan dos vampiros por detrás.

+ Ya no requeriré de sus servicios, muchas gracias.

No sé que se piensa que esto, si una gasolinera o qué. Ruedo los ojos ante su mala educación.

+ El Maestro Aro desea que vuelva a entrar.

Esa voz hace que me gire y me enfrente a dos rostros bastante conocidos.

- Bueno bueno, si son tinki y winki. Me alegro de verlos – les digo sonriendo de lado.

+ Qué sorpresa Romano, no esperaba verte por estas zonas y menos acompañando a... ellos.

Los abrazo, y llega una pequeña rubia.

+ ¿Por qué tardan tanto?

Como en un cuerpo tan pequeño puede caber tanta mala leche...

+ Ya vamos. Bella, Magnus, porque no se quedan aquí y nos esperan.

- ¿¡QUÉ?! Ni de coña me quedo solo con ella, a no ser que sea para comer, a mí no me dejen con esta loca – digo ignorando las miradas ofendidas de Bella y Edward.

+ Entren todos – dice la rubia de nuevo y se va.

Cuanta autoridad. Sin más dilación la seguimos entrando en el castillo.





Besos darks.

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