CAPÍTULO 20

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Varias semanas pasan y con ellas la relación de los reyes y mía va fortaleciéndose. Creo que tiene que ver, sobre todo, porque no me dejan quieto. Cada vez que estamos solos se abalanzan sobre mí, pero oye, no oirás una queja mía, yo encantado cumplo.

Ahora mismo estoy leyendo cómodo en la biblioteca. Y con cómodo me refiero al pecho descubierto, mostrándose los tatuajes.

La biblioteca de aquí, contra todo pronóstico, me fascina, pues puedo encontrar libros de mi época, que disfruto realmente.

Estaba concentrado cuando escucho a alguien acercarme y tocar en la puerta

- Adelante – digo.

+ Mi rey, es hora del entreno que quería realizar. ¿Nos acompaña? – dice Jane.

- Querida, llámame Magnus. Al menos cuando estemos solos, ya sé que a esos tres antipáticos no les gusta.

+ De acuerdo, Magnus.

Con eso, me levanto y me dirijo al salón de entrenamiento.

Cuando entré están solamente algunos miembros de la guardia peleando.

- ¡¡Bueno bueno!! ¿A quién tengo que machacar? – digo mientras palmeo las manos y sonrío entrando a la habitación.

Todos se callan y me miran.

+ No adelantes acontecimientos, Romano. Que el que puede acabar mal eres tú. – me responde Demetri.

- Y ¿eres tú el que me va "acabará"? – me burlo.

+ Yo no. Pero él sí. – señala a Felix dando un paso atrás.

Él mira confundido a Demetri.

+ ¿Yo? Ni de broma, o no viste como me pateó el culo en la sala del trono.

+ Bueno, tendrás un poco de ayuda – dice Demetri señalando a otro miembro de la guardia – Imposible que con dos vampiros superfuertes y uno de ellos con magia no se pueda derrotar a Magnus.

- Acepto – digo, y eso revoluciona la guardia, parece que quieren un buen espectáculo. Tanto así que llegan otros que escucharon la conversación. Menos mal que este cuarto es enorme tipo cancha, con gradas incluidas). Llegan tanto que incluso los reyes entran por esa puerta buscando el motivo de tanto escándalo.

+ ¿Qué está pasando aquí? – dice Aro.

+ Que va a haber un buen espectáculo, maestros. Una pelea de dos contra uno – responde Demetri.

+ ¿Y quién es el desafortunado de estar sólo? – dice Marcus intrigado.

- Yo – respondo levantando la mano. – Y creo que es momento de empezar. Quiero ver lo antes posible estos culos pateados.

+ Pero... - los reyes intentan argumentar, pero con una mirada se callan y me dejan hacerlo. Solamente se sientan en las gradas a verlo.

- ¿Empezamos ya? ¿O se acobardaron? – río.

Los dos guardias se ponen en posición de defensa mientras yo estoy relajado observándolos.

Los dos se lanzaron contra mí, lanzando puñetazos, que fácilmente esquivo agachándome. Con el impulso, doy una patada atrás, que le da a uno de ellos y lo manda volando. Esto permite que el otro que estaba a mi lado me agarrara del cuello, ahorcándome. Mientras el otro se reponía y me atacaba.

Le di otra patada a Leo (guardia que está con Felix pelando contra mí), que era el que venía, y agarré el brazo de Felix que se enrollaba en mi cuello. Impulsé mi cuerpo, lanzándolo hacia delante, cayendo delante de mí. Esto me da tiempo a coger distancia y poder tener mejor perspectiva. Los dos se vuelven a juntar.

Uno corre hacia mí, yo corro hacia él, lo salto y sigo corriendo hacia el otro, que se cae al yo deslizar una de mis piernas haciendo que caiga. Y aprovechando mi deslizamiento y altura, paso por debajo de las piernas de Felix, levantándome rápido lo cojo del cuello en un agarre mortal.

Escucho los vítores de la gente.

- ¿Seguimos? Creo que esto es suficiente para saber que puedo contigo, y con tres como tú.

+ Es hora, de convertir esto es una pelea de verdad – dice Leo, haciendo que una luz negra salga de sus manos, su don.

- Ya les salió lo competitivo, ya era hora. Me aburría. ¿Con todo? – le digo dirigiéndome a los dos.

+ Con todo.

- Esperen un momento – les digo.

Suelto a Felix, me acerco a mis reyes, les entrego mis colgantes a Aro, que me mira con preocupación, por lo que al darle esto rozo sus manos para transmitirle mis pensamientos. Lo que lo tranquiliza.

Voy corriendo a mi habitación y me cambio por mi atuendo de pelea.

Cuando llego me miran sorprendidos.

- No sé qué tanto les sorprende. Estoy cómodo así. Después de todo, soy un guerrero romano.

No saben lo que han pedido. Que comience la pelea.


Besos darks.

Voten y comenten.


Esta es la ropa de "pelea" de Magnus

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Esta es la ropa de "pelea" de Magnus. Que si recuerdan es lo único que conserva de su vida humana.

También les digo una cosa,  si yo fuera uno de los reyes estaría babeando por ver a mi chico así.


(derechos de autor a quién sea que haya hecho la foto)

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