CAPÍTULO 14

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Hace un rato ellos se fueros a los terminar los juicios que tenían pendientes, y como me aburría decidí deambular por el castillo.

Paseo por los pasillos, sin adentrarme en ninguna habitación, a no ser que la puerta esté abierta. Y no encuentro a nadie conocido rondando, así que decido ponerme en modo simpático, aunque me cueste.

- ¡Hola! ¿A dónde vas? – pregunto al primero que se cruza en mi camino.

+ Eh... hola... Ahora iba al cuarto de descanso de la guardia de alto rango.

- ¿Puedo ir contigo verdad? – no dejo que responda- Lo sabía, vamos, te sigo. ¿Cómo te llamas?

+ Mi nombre es Afton, ¿usted es?

- Me puedes llamar Romano por ahora – digo la verdad, pero sin querer desvelar completamente mi identidad ya que parece que no me conoce.

+ De acuerdo, Romano. Vamos.

Caminamos por los pasillos e intento memorizar los caminos por los que me lleva. Hablamos un poco, y llegamos al famoso cuarto.

Cuando entro es una maravilla para el entretenimiento. Es enorme y tiene: un billar, un futbolín, una diana, unos sillones enormes frente a una tele gigantesca. Al lado de esa televisión veo unos altavoces y, lo que parece, varias consolas de diferentes juegos (Xbox, Play Station, Wii, Nintendo) y una columna de videojuegos.

Varias personas se adelantaron a Afton, porque veo a Jane, Demetri, Felix y a otros que no conozco jugando y hablando entre ellos.

- Hola chicos ¿me puedo unir?

+ Claro Romano – dice Felix - ¿quieres unirte a mí a un partido de tenis?

- Sólo si no te pones a llorar cuando te machaque, gigantón – digo alcanzando uno de los mandos poniéndome a su lado.

+ Eso ya lo veremos, guerrero.

- ¡JA! Te lo dije. Eres un saco de huesos viejos, no sé cómo no te lleva el viento – me burlo de Felix.

+ Es porque hiciste trampa. – responde agresivamente de broma.

- Yo no hago trampas, saco viejo. – le digo – Cambiemos de juego, uno que tu elijas, para que veas que soy un ganador en todo lo que hago.

+ ¡Just Dance!

Oh no.

En lo que me acabo de meter.

Menos mal que a lo largo de los años siempre me ha gustado mantenerme al tanto del baile y practicarlo en las fiestas. Al tener tantos años, sé bailar de todo. No se lo espera seguro, y lo entiendo, con mi complexión no esperas que baile estas cosas.

- Venga Felix, que de charlatán no te gana nadie. Muéstrame tus movimientos.

No hace falta que diga más, pone la primera canción que sale, sin saber siquiera cuál es.

Empieza a sonar Kung Fu Fighting y nos miramos, el orgullo nos impide rechazarla. Ahí vamos.

Al yo estar en la derecha me toca el más joven. Y no es por nada, pero soy espectacular.

- Vamos Felix, que parece que te metieron un palo por el culo. Suéltate un poco – me río.

Los que están en la habitación me miran con asombro

- He sido un buen bailarín durante toda mi existencia, no os sorprendáis. Hasta un grandullón como yo puede moverse mejor que ustedes. Eso sí, silencio. Que mi hobbie se quede aquí, o si no os las verán conmigo – amenazo sin dejar de moverme.

Cruzo los brazos por última vez y el baile acaba.

Tengo todo "perfecto" mientras que Felix tiene algún "bien". Este último maldice.

- Te lo dije Felix, siempre perderás contra mí, no sé porque te empeñas en una humillación pública.

Él desenchufa la tele con fuerza, no me extrañaría que la haya roto.

Después de tanto tiempo sin bailar, decido hacer una última. Veo que Heidi entra en la habitación a punto de decirme algo. Pero la interrumpo y le agarro la mano.

- Mi lady, ¿me haría el honor de bailar una pieza conmigo?

Ella piensa y mira la puerta, pero asiente rápidamente.

Cuando nos colocamos en posición escuchamos silbidos que poco a poco callan quedando sorprendidos de nuestros movimientos.

Empieza a sonar la música y, por tanto, el baile.

Mientras bailo sonrío, y voy entrando en más confianza, lo que me permite hacer movimientos más sensuales. Heidi baila muy bien.

- A parte de bella, buena bailarina, querida, lo tienes todo – le susurro cerca del oído haciendo que sea su turno de sonreír.

Nos pegamos más y la canción acaba. Y estoy muy contento con el resultado. Todos vitorean y gritan:

+ ¡Bravo!

+ ¿Dónde tenías guardado todo eso Romano?

+ ¡Dios guarde esos cuerpos!

+ Así que eso haces cuando no estamos.

Sonrío, de verdad, por primera vez en mucho tiempo.

Hasta que caigo en una cosa. Quien dijo la última frase.

Me giro lentamente y me los encuentro serios, quizá hasta enfadados.

Siempre me pillan in fraganti. Merda.



Besos darks.

Voten y comenten.


Si tienen alguna sugerencia diganmela, las veré y escribiré las que más me gusten. Tambien acepto canciones para que baile XD.


EL ROMANODonde viven las historias. Descúbrelo ahora