Repaso la habitación con la mirada esperando que me respondan.
+ ¡No es una estupidez! Es un acto de amor – dice Isabella.
- Tú, para mí, no cuentas como persona. No tienes los requisitos para eso. Así que no te des por aludida, cabeza hueca. - le contesto – Así que... ¿alguna persona de verdad me puede responder a mi pregunta? Muchas gracias.
Isabella me mira con rabia, pero me da igual. Y espero, impacientemente, a una respuesta.
+ Padre...
- Ni padre ni padra. No te hagas el inocente, Carlisle. Que me has decepcionado mucho. Te creía más inteligente, pero tus favoritismos con Edward te nublan, figlio.
Si fuera un perro, Carlisle hubiera bajado las orejas. Él mira hacia el suelo.
+ No digas eso, padre. Sabes que siempre tengo en cuenta tu opinión, pero yo aquí no he podido hacer nada. Es su decisión.
- Entonces es tu culpa - me dirijo a Edward – así que por qué no me respondes tú, brillitos.
+ ¡No tengo que responder nada! Me quiere, la quiero y nos vamos a casar.
Me acerco peligrosamente y lo agarro del cuello.
- Te relajas, que yo no soy Carlisle. A mí no me manejas ni me convences con tu discurso patético del amor, porque no me lo creo. Es más, deberías agradecerme que vine sin decirle nada a los reyes. Si no fuera por eso, ellos estarían aquí y no con la misma paciencia y amabilidad con la que vine yo.
¿De acuerdo? - le señalo directamente en la cara.
Lo suelto sin delicadeza y me siento en el sillón de la sala.
- ¿Como se os ocurre este enlace? Es algo antinatural. Especies diferentes. Edades diferentes. No hay nada a su favor. ¿Realmente piensan que esta locura les será rentable? - me desespero.
+ Padre...
- No, vámonos a tu despacho.
Nos dirigimos a dicha habitación, para más privacidad.
- Carlisle, me pones contra la espada y la pared. Intento protegerte, hijo mío. Pero no puedo poner en peligro mi relación con mis compañeros.
+ Ya lo sé padre. E intento evitar ese posicionamiento, pero ya Edward es independiente. Él siempre ha sido así. Y no quiero romper a la familia.
- Así la rompes más, Carlisle. Rosalie y Jasper no están de acuerdo contigo. Además del incidente de Jasper. Intentando prevenir la ruptura con Edward, la estás provocando con Rosalie y Jasper. Y si ellos se van, por mucho que te quieran, sus compañeros se van a ir. Y te vas a ver prácticamente solo, querido.
+ No digas eso, padre...
- Lamento ser yo quien te diga esto, pero tienes que tener más firmeza.
Parece que le estoy echando una bronca, pero no. Intento que no se ría el esperpento brilloso de él.
+ Vale. Lo intentaré.
Me suena el teléfono. Miro el remitente.
- Mierda. Me olvidé de llamarlos. Quiero silencio absoluto.
Cojo la llamada.
- ¿Qué quieres, Aro?
+ Ya que te fuiste sin previo aviso y te escapaste de nosotros. Por lo menos avísanos de que estás bien.
- Es que si les aviso me hubieran encerrado o me hubieran obligado a venir acompañado. Y no, querido.
+ ¿Puedes culparnos? No sabíamos, y seguimos sin saber, que ibas a hacer.
Al escuchar esto, Carlisle me mira culpable.
- Asuntos personales, que sabrán a su debido tiempo. Si me llamaron para interrogarme, pueden colgar porque no les diré nada. Les llamo más tarde que estoy ocupado.
+ Vale, vale. Adiós.
- Adiós. ¡Caius, chismoso! - cuelgo.
- Creo que es momento de salir, y saludar como pertenece a la familia.
Voten y comenten.
Besos darks.
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EL ROMANO
FanfictionEn tiempos de la Antigua Roma, el mejor guerrero Magnus, se encuentra siendo vampiro. Tras milenios vagando por el mundo y conociendo gente y especies de todo tipo, llega a Forks. Donde lo recibirán una familia de vampiros con sus problemas.