CAPÍTULO 15

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Me enfrento a su mirada retadora. La mano que tengo alrededor de la cintura de Heidi se va deslizando poco a poco hasta soltarla. Pero sin separarme de ella.

- Yo hago lo que quiera cuando quiera, su presencia no varía mis decisiones y mucho menos, mis acciones – les respondo a su comentario anterior.

Les molesta mi comentario, lo sé. Se les nota. El ceño de Caius se frunció más; la sonrisa de Aro se vuelve más aterradora; y la expresión de Marcus se vuelve indiferente.

+ Creo que esto es algo que deberíamos discutir en privado ¿no crees, Magnus?

A esta situación, la cara de la mayoría de la guardia se distorsiona. Se acaban de enterar de mi identidad.

+ ¿QUÉ? ¿Tú eres Magnus? Magnus como el compañero de los reyes. Magnus como mi rey – dice Afton imitando un desmayo tirándose a Santiago, que no lo recoge y cae sentado en el suelo. Le envía una mirada enfadada y este otro lo mira inocente.

- Sí, bueno... Creo que sí soy ese. Aunque me presento formalmente. Mi nombre es Magnus, conocido como Romano. Encantado de conocerlos a todos. – les doy y beso la mano a los hombres y mujeres respectivamente.

Los escucho gruñir de nuevo. Parecen perros. Todos les molesta. Ya uno no puede ni ser educado.

Bueno... sólo esta el pequeño hecho de que mantuve el contacto más tiempo de lo normal casualmente con los más atractivos de la habitación. Pero fue eso, una simple casualidad. *cofcof*

A parte no puede pretender que mis hábitos... activos, llamémosle así, desaparezcan de la noche a la mañana.

Previendo el espectáculo dramático que me van a montar, creo que es mejor despedirme y dirigirnos a una habitación más tranquila para hablar. Eh, sí, hablar. De momento sólo eso, ya me tocara darles una lección de cómo comportarse.

Vuelvo a mi faceta seria, dominante e imponente.

- Me voy, ya nos veremos.

Con eso salgo en dirección a... bueno no sé, no conozco esto, pero hasta donde me lleve el pasillo este del demonio.

Los noto detrás de mío. Veo una habitación con una puerta abierta. Miro a mi alrededor, me suena. Entro. Es la habitación donde estaba la CaraBella (carabela xd). Salgo. Corro. Veo una habitación en una zona más aislada en otro piso. Entro. Me los encuentro sentados. Mierda. Es SU habitación. Salgo. O lo intento.

Antes de llegar a la puerta esta se cierra por una mano que la empuja. Se están acostumbrando a cerrarme así las puertas. Está Caius sujetando la puerta mientras los otros dos están mirándome desde sus sillones. Escondo mi nerviosismo y excitación y los enfrento.

- Sí, bueno... ¿Qué hacemos ahora?

+ Pues ahora que te parece un Monopoly o tal vez un ¿qué cojones estabas haciendo en ese cuarto? – dice Caius.

- El Monopoly suena bien... voy a buscar el tablero – me giro para meterme en la primera puerta que vea y encerrarme. Es muy incómodo.

+ ¿Te crees muy gracioso, no? Porque a nosotros no nos hizo ni pizca de gracia lo que vimos en ese cuarto.

- Dejen de ser tan dramáticos, se lo toman a la tremenda., sólo bailábamos.

+ ¿A sí? Y no podían bailar hiphop o lo que sea... tenías que bailar de esa manera CON ELLA. Y no te hagas el inocente que conocemos tus preferencias.

Vale, saben que soy bisexual. Ahora piensa... Magnus piensa... que podrías decir que te sacara del apuro.

- Ella no me parece atractiva.

+ ¿No? Y eso de "bella y buena bailarina" ¿Qué es? – salta ahora Aro.

- Que control, macho. Uno aquí no puede hacer nada. Me siento vigilado. Marcus, diles algo. Una relación no irá bien si empieza con esta toxicidad – Marcus me mira sin responder- no me apoyes tanto, no vaya a ser que entres a la cárcel por tremenda pelea – murmuro.

Los tres me miran fijamente. Me pone muy ansioso.

- Bueno, vale. Puede ser que sea error mío. Coquetee un poco con otras personas. No volverá a pasar, o lo intentaré.

Esto los calma aunque me miran escépticos por esto último.

+ Bien. Asunto resuelto. Nos podemos ir.

Ahora soy yo quien cierra la puerta antes de irse:

- No tomen como precedente este hecho ni mucho menos acostumbrarse. Aquí, el que manda soy yo.

Con esto, ahora si abro la puerta y me voy.

Hay que poner mano dura. Estos reyecitos se creen que por mandar a los demás, podrán conmigo.

Están muy equivocados, y se los haré saber.



Besos darks.

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