CAPÍTULO 25

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Miro mal a Caius.

- Pues renovando el armario, hay mucha ropa que no uso y pues

+ No te molestes en mentir, que ya sabemos lo que vas a hacer. Caius nos lo contó -me corta Aro.

- Pues si lo sabes para que preguntas. Y tú, eres un metiche y un chismoso -me dirijo a Caius señalándole con mi dedo índice.

Intento coger la maleta pero sin establecer contacto con ninguno de los reyes, pues el rubio sabe, y les contó, de mi viaje. No el motivo. Y prefiero que se mantenga así. Sin que Aro entre en mi cabeza.

Me molesta tener que evitarlo, y sé que a él también si lo descubriera. Pero tengo que arreglar esto antes de que sea la fecha del enlace y les llegue la invitación a ellos.

Estoy a punto de agarrar el asa de la maleta cuando esta desaparece.

- ¿Qué?

Alzo la mirada y como no, el rey con más mal humor la tiene consigo.

- Dame la maleta – ordeno.

+ No. Cuéntanos a qué vas. - me responde con actitud chulesca el rubio.

- Dale la maldita maleta Caius, o vamos a tener un problema.

Podría quitársela fácilmente, pero no quiero hacerle daño.

+¿QUÉ VAS A HACER, QUE TE IBAS A IR SIN DECIRLO? - estalló el rey.

- Primero, no me gritas. Segundo, ya lo saben. Voy a América a ver como andan las cosas con los clanes de la zona, especialmente en Forks. ¿Qué problema hay con eso?

+ ¿No crees que es mejor que vaya alguien contigo? ¿Incluso alguno de nosotros? - dice Marcus intentando apaciguar el momento.

- No. Prefiero ir sólo. Que me vean como los conocidos que una vez fuimos, no como un supervisor dispuesto a castigar.

Miro el reloj.

- Me voy. Quédate con la maleta si quieres, pero debo irme ya. Adiós, queridos, y mi no tan querido, reyes.

Salgo rápido de la habitación en camino al aeropuerto. Cojo mi coche y me dispongo a salir lo más rápido que pueda del castillo.

Y vuelvo a entretener mi mente con el motivo de mi viaje, los Cullen. Cómo se atreven a hacer semejante estupidez. Y mi Carlisle, lo creía más listo que esto.

Perdido en mis pensamiento llego al aeropuerto, hago lo necesario y embarco.

Pasan unas horas hasta que llego a Forks. Y voy directo a la casa más brillante del área.

Cuando estoy llegando, escondo mi olor y toco la puerta.

Me abre Esme, a la que le hago un gesto de silencio, que cumple a pesar de la sorpresa que demuestra su rostro.

Me acerco a la sala, en la que están todos reunidos.

- ¿Alguien puede explicarme que clase de tontería es esta? - digo en general enseñando la invitación de la boda, que tengo agarrada con el dedo índice y el pulgar, mostrando la repulsión que siento hacia la idea.

Todos giraron su cabeza hacia mí, con gesto de sorpresa y de preocupación.

Llegan a saber lo que les espera y no me envían la invitación.

Pero que ahora se atengan a las consecuencias.




Besos darks

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