Los reyes están quietos mirándome fijamente. Supongo que fui una sorpresa.
Para romper el hielo y deshacerme de la incomodidad digo:
- Me llamo Magnus... Pero viendo que esto no funciona ahora mismo, será mejor que me vaya...
Con una velocidad vampírica promedio me acerco a la puerta, y estoy abriéndola cuando una silueta pone la mano encima de la mía impidiendo que la abra.
Me giro a mirarlo a la cara, era Aro.
+ No te vayas... Solamente estábamos sorprendidos por cómo ha acontecido todo.
Lo miro a los ojos y sonrío.
Rápidamente le agarré la mano que estaba impidiendo mi salida y nos di la vuelta. Ahora él tiene la espalda apoyada en la puerta, apoyo la mano atrapada por mí en la pared a un lado de su cara y pongo la mía libre al otro lado. Me pego a él, pero sin poner demasiada fuerza, que él sea capaz de liberarse si quiere. Agacho mi cabeza debido a la diferencia de altura.
- ¿Qué es lo que te sorprendió, Il mio re? ¿Acaso no soy lo que esperaban? – pregunto con la voz algo ronca debido a la excitación que siento en ese momento. Si a la atracción que sentimos al recién conocernos, le sumas esta posición...
+ ¡NO! Ni se te ocurra pensar eso. Sólo que no te esperábamos así – elevo una ceja en modo de pregunta silenciosa – Así... con un aura tan... dominante – dice esto último tosiendo un poco para sobrellevar la vergüenza.
- Ay, caro. Si piensas que esto es todo lo dominante, no te queda nada – le digo para acabar con un guiño.
Aro se encuentra expectante, ha visto lo que estoy a punto de hacer y busco en sus ojos algún tipo de duda o negación. Al no encontrarlo me acerco poco a poco, y es él quien me encuentra en el camino. Nos fundimos en un beso apasionado mientras aflojo mi agarre en sus manos y desplazo las mías por su torso, luego la espalda hasta llegar a su trasero. Le muerdo el labio y apreto mis manos haciendo que suelte un gemido. Aprovecho la oportunidad para meter la lengua a la acción. Luchamos por el poder, pero se rinde. Viendo esto, sube sus brazos para agarrarme del cuello y pasa los dedos por mi pelo, para profundizarlo aún más.
Pasamos así un rato, hasta que escuchamos un carraspeo. Bendita inhabilidad para respirar. Apoyo mi frente en la suya. Nos separamos, y mi pecho sube y baja de la emoción. Me giro y veo como los tres me miran con ojos hambrientos, pero no de sangre.
- Bueno, re. Me voy, que les está llegando la comida. Nos vemos por ahí, queridos. – digo cuando escucho varios latidos de corazón y a una guía.
Les guiño un ojo y salgo de la sala mientras me río. Que caras se les han quedado.
Es hora de dar con mis acompañantes de viaje, así que endurezco mi semblante y comienzo a buscarlos.
Me alejo de los gritos que suenan ahora por el castillo. Creo que han llegado al destino final los turistas.
Escucho un corazón que late con fuerza y varios olores que me son familiares. Sigo la esencia hasta que me encuentro en la puerta de una habitación, que abro con fuerza.
Isabella, que es la única que no me escuchó, salto de susto.
+ ¡Estás loco! ¿Qué hubiera pasado si hubiera estado cambiándome de ropa? – se queja.
Bufo
- Querida, punto 1 no estamos en tu casa, así que sería un poco de mal gusto, viendo que nadie te ha invitado a eso; punto 2 con Edward dentro de la habitación no lo hubieras hecho, ambos son repulsivamente remilgados; y punto 3, no hubiera pasado nada porque no me llamas la atención, no eres la primera y serías la última que vería desnuda. No te lo creas tanto.
Cuando acabe el discurso chisto la lengua con asco y me apoyo de espaldas en una ventana.
- ¿Cuál es el plan ahora, Alice?
+ Pues no lo sé, la verdad. Lo más probable es que nos vayamos ya. ¿Vienes?
- Sí, pero no con ustedes. Me voy por mi cuenta.
Con esto, ya todos en pie, vamos rumbo a la salida. Una vez en la puerta vemos a Demetri. Apuramos el paso, lo suficiente para que no sospeche y nos persiga, ni nos hable.
Cuando estamos en la calle, que regresamos a nuestros looks de desequilibrados. Me despido
- Adiós, querida, dile a Carlisle que cumplí su pedido, cualquier cosa que necesita ya sabe como contactarme. Te diría lo mismo, pero no me caes lo suficientemente bien aún. – le beso la mano- A ti, Edward, no fue un gusto conocerte y espero no verte más. Y en caso de que sí, espero que esta tonta sea convertida ya en vampiro o en comida. Ciao, famiglia.
Me giro, y empiezo mi camino. Miro hacia el castillo, varios guardias me miran. No pueden buscarme porque es de día aún. Al ver a los reyes en una de las ventanas mirándome, hago una reverencia, les guiño un ojo (sí, otra vez) y envío una sonrisa amplia. Y con esto me emprendo mi camino.
Me encanta jugar y hacerme el difícil.
Que comience el juego.
Besos darks.
Voten y comenten.
ESTÁS LEYENDO
EL ROMANO
FanfictionEn tiempos de la Antigua Roma, el mejor guerrero Magnus, se encuentra siendo vampiro. Tras milenios vagando por el mundo y conociendo gente y especies de todo tipo, llega a Forks. Donde lo recibirán una familia de vampiros con sus problemas.