CAPÍTULO 22

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comienzo de XXSMUTXX

No sé a donde me estoy dirigiendo. Lo único que busco es que no haya nadie y pueda descargar mi ira. Probablemente vaya el gimnasio del castillo para desfogar. Me desprendo de la ropa, quedando solamente en bóxer.

Empiezo a entrenar con el saco de boxeo, que es golpeado por todos los ángulos. Me paso alrededor de una hora así, cuando escucho a personas entrar. Muchas. Que probablemente me buscaban.

Una de ellas sale, para llegar con los reyes. Que al verme ordenan a todos los guardias que estaban ahí que se fueran. Cuando acataron lo que dijeron, cerraron la puerta con seguro y se acercaron a mí.

Marcus se posiciona detrás del saco de boxeo impidiendo que se mueva. Caius se acerca por detrás de mí, posando sus manos en mi abdomen, y Aro al lado, tocándome el pelo, como si fuera un gato, que indudablemente funciona porque ronroneo al instante.

- ¿Qué hacen aquí? – les pregunto.

+ Estábamos preocupados por ti, saliste después del incidente muy alterado y no te encontrábamos – responde Marcus.

- ¿Y? ¿Vinieron a cerciorarse que no me iba a la calle a descubrirlos? – les respondo de mal humor.

+ ¡No! Jamás pensaríamos eso de ti. ¿Por qué crees eso? – vuelve a responder Marcus.

- Cállate ya que, para no hablar nunca, bien que me estás dando la chapa ahora. – digo

+ Lo que tienes que hacer tú es relajarte, que ya no vas a volver a verlo más. No queremos vert....

- - ¿No tienen juicios que hacer? ¡Váyanse ya! – interrumpo a Aro.

+ Tch tch tch, mala respuesta – dice Caius.

Que a primeras no entiendo, pero cuando noto sus manos bajando por mi abdomen hasta mi bóxer.

+ No puedes estar así en cualquier lugar del castillo. Esto sólo lo podemos ver nosotros – dice Caius de nuevo.

- Pues vaya. Parece que hay conflicto de intereses. Lárguense y cuando aclaren lo que quieren hacer conmigo me dicen ¿vale? Vale, chauuu – refuto y empiezo a moverme para salir del agarre de Caius, que aprieta más fuerte. Sabe que no le quiero hacer daño y lo usa a su favor – lo primero que tienes que hacer para irte es soltarme. Gracias rubia. – intento molestarlo para que me dé una razón para darle un codazo pequeño al menos.

Él sigue a su rollo, manoseándome.

Madre mía, uno quiere estar enfadado ahora, no excitado. Piensa en el vampirucho de antes, piensa en el vampirucho de antes. Piensa en el vampiculo de Caius, piensa en.. ¿espera qué? No, no. Gatitos tristes, perritos tristes, ... en perrito es como quiero ponerlo a él. ¿Otra vez Magnus? Piensa con la cabeza de arriba, no la de abajo...

Escucho una risa, la de Aro. Normal, se lo debe estar pasando genial escuchando mis pensamientos.

+ Creo que nuestro compañero está cambiando de humor, Caius – dice Aro. Al que miro enfadado.

- Mentiras. Ya quisieran ustedes ganarme con cuatro caricias... Ahhh – respondo justo antes de que Caius meta la mano en la prenda que me quedaba.

+ ¿Entonces esto es de mentira? – refiriéndose a la erección que manosea a su antojo.

- Marcus, eres el único racional aquí. Diles que ... ah... paren – intento decirle. Pero tiene los ojos negros – Joder Marcus, para las veces que me puede servir tu templanza nunca la utilizas. Ya van dos veces que me ignoras.

Marcus se acerca, sonrío pensando que gané, pero lo único que hace es agacharse, oh mierda, y me baja los calzoncillos.

+ Yo a esto no lo llamaría ignorar, querido – responde Marcus.

Estoy rodeador por tres bestias depredadoras deseosas de mí.

- Están jugando con fuego y se van a quemar. Y siendo vampiros es más peligroso – les advierto por última vez con la pizca de cordura que me queda.

+ Soy el rey. Para mí el fuego es un juguete. – dice socarrón Caius.

Ya está. Lo consiguieron, pero no me voy a quejar. Voy a pasar un buen rato.

Me doy la vuelta ágilmente. Mi desnudez rozando con su vestimenta, y me acercó más, hasta que no haya un centímetro de espacio entre nosotros.

- Yo soy el fuego, querido. Así que vamos a ver que tan fácilmente me manejas.

Lo agarro de la cintura y lo levanto en el aire y lo siento en la máquina de femoral tumbado. Lo desnudo, o más bien le destrozo la ropa.

Lo agarro de su melena rubia levántandole la cabeza para besarlo ferozmente.

Con el fuego no se juega, y ahora se van a enterar.


Besos darks.

Voten y comenten.


PD: recuerden que cualquier sugerencia de capítulo o momento es bienvenda.

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