CAPÍTULO 17

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Ellos se alteran. Y es que la frase no tiene buena fama, la verdad.

+ Dime, mio caro. ¿De qué quieres que hablemos? – me responde Aro mientras se sientan.

- Pues que me gustaría... ¿disculparme?... sí, eso, disculparme por mi comportamiento si en algún momento no fui lo que esperaban. Es que realmente no estoy acostumbrado a todo esto ¿saben? – digo y señalo a mi alrededor – Un hogar establecido, unas parejas... siempre he estado solo y no tenía que pensar en caerle bien a nadie. Sí, tengo amigos, pero son visitas pasajeras y... pues eso... que todo esto es una rutina que no esperaba enfrentar. Intentaré tenerlos mucho más en cuenta y no suponerles problemas.

Al acabar respiro, aún sin que me haga falta, pero lo necesito después de vomitar todo lo que pensé en el parque.

+ Ni se te ocurra pensar eso. Eres más de lo que esperábamos, no nos has decepcionado en ningún momento. Y por supuesto, te entendemos, sabemos que eliminar tu modo de vida desde hace 3 milenios no es fácil – responde Marcus mientras se levanta y se coloca a mi lado poniendo una de sus manos en mi hombro.

+ No tienes que disculparte por nada. No has hecho nada mal, bueno una – Marcus lo mira seriamente- Pero no pasa nada, estamos dispuestos a ayudarte y esperar todo el tiempo que necesites – dice Caius.

+ Te agradecemos el esfuerzo que estás haciendo – termina Aro.

- Bueno sí sí... cambiemos de tema que esto me pone incómodo – digo revolviéndome el pelo.

+ Vale, ¿por qué hueles a perfume y tienes varias llamadas perdidas de "la pesada del parque"? - pregunta el rey rubio.

Joder, vaya cambio de conversación. Casi hubiera preferido seguir escuchando sus halagos.

- Como podrás comprobar es una pesada que me encontré en el parque y por eso huelo a ella.

+ ¿Y su teléfono lo tienes porque...?

- Pues porque me lo dio, genio. Y yo como un caballero que soy nunca reniego la petición de una dama, pero ahora me estoy arrepintiendo. Déjenme un momento para contestar, arreglo esto y comprobarán.

Estos vampiros celosos me sacarán canas verdes.

- Sí, ¿hola? – respondo al teléfono, haciéndole creer que no sé quién es.

+ ¡Hola! Soy Marie, la chica del parque, que nunca nos presentamos. ¿Qué tal? – dice una voz sedosa y seductora.

- Ah, hola Marie. Yo me llamo Magnus. Bien gracias, ¿y tú?

+ Pues yo bien, aunque un poco perdida, y te llamaba por eso, para ver si podíamos vernos esta noche para que demos un paseo y alguna cena en algún lugar que conozcas – casi ronronea y miro a los reyes que me miran serios.

- Lo siento mucho, pero hoy no puedo.

+ ¿Mañana?

- Tampoco.... Es que... - despego mi mirada de los reyes- tengo un viaje de negocios que me surgió a última hora y no sé cuánto tiempo estaré fuera.

+ Mmmm... Un hombre guapo y trabajador, tal y como me gustan... No pasa nada, cuando llegues me llamas, que yo siempre estaré disponible para ti, cariño.

- Lo tendré en cuenta. Te dejo que me están llamando. Adiós. – cuelgo rápidamente.

- ¿Ven? No es nada...

+ Un poco más de lo que nos contaste ¿no?

- No, no hay nada. Por mi parte no hay nada. Y no sean tóxicos, queridos.

EL ROMANODonde viven las historias. Descúbrelo ahora