EL ROMANO

CAPÍTULO 24

Magnus POV:

Caminaba por el jardín tranquilamente cuando se acercó una muchacha, muy agradable a la vista sinceramente.

+ Esto es para usted, maestro.

- ¿De que trata?

+ Lo desconozco. Lo único que puedo decirle es que el cartero lo dejó en la mañana – me responde un poco miedosa.

- No me temas, querida. No te voy a comer, a menos que así lo quieras -bromeo (pero si quieres no es broma xd)

Ella se da la vuelta rápidamente y se va. Al parecer no logré mi cometido de tranquilizarla. Pero no ocupo más pensamientos con ella y me dirijo a mis aposentos para leer la carta tranquilamente. Que estos vampiros, con su superoído y supervista, son unos metiches.

Entro en mi habitación y me aseguro que no haya nadie en ella, porque como desconozco el contenido de la carta no quiero arriesgarme a que vean cosas que no deben.

Me siento en el despacho que conecta con la habitación y abro la carta. Y comienzo a leer:

"Querido Magnus,

Nos complace invitarle al enlace de "Edward Anthony Cullen e Isabella Marie Swan"

Ignoro el resto de información y me quedo prendado en esa frase.

Enlace. Edward. Isabella.

Doy un golpe en la mesa y resoplo:

- ¡Este tío es tonto!

Me levanto y camino alrededor de la habitación, mientras pienso, o hablo solo, ya no estoy seguro.

"Como se le ocurre. Y encima con la tonta humana. Sólo trae problema, este Edwardito. ¡Quién ha visto eso! Una boda de un vampiro y una humana, pero que clase de idiotez es esa. Es como si un león se casa con una gacela. Ahí se sabe que solo uno va a salir vivo, o al menos el otro sale muy dañado. Y mi Carlisle, como se le ocurre permitirlo. Con lo racional que es. Yo lo sabía que este brillitos se saldría con la suya. Estúpido. Estúpido él y estúpida ella. ¿O es que tienen un deseo de muerte? Porque no deben hacer nada más que llamarme, que los mato yo"

- ¡Que buena idea!

+ ¿Cuál?

- Irme a... Espera, ... ¿Cuándo entraste? ¿Qué haces aquí?

+ Hace un rato, pero era muy entretenido verte como un león enjaulado pensando, estabas a 5 minutos de que te saliera humo por las orejas. Y con respecto a qué hago aquí, pues – se acerca a mí lentamente, que me apoyo en el escritorio- ver a mi pareja, ¿o es que no puedo?

- Amore, conmigo puedes hacer lo que quieras – le digo mientras le beso la mano.

+ Pero no me ignores, adulador. ¿A dónde dices que te vas?

Al parecer ni se olvidó ni lo deja pasar. Es que Caius es un controlador.

- A América -digo escueto.

+ ¿Y que se supone que vas a hacer en América? No irás a Forks, ¿verdad? Ni a ver a una familia de ahí, tampoco.

- No – me mira fijamente – no sé, quizá... Vale, puede ser que... sí. Quiero ver que tal les va y todo eso.

Con eso huyo del despacho, en dirección a la recepción.

- Hola de nuevo, querida. Resérvame un vuelo que salga lo antes posible con destino a Forks. Avísame cuando lo tengas.

Me voy de nuevo, estoy moviéndome mucho para que los reyes, porque seguro que ya Caius les fue con el chisme, no me pregunten más. Quiero resolver esto primero antes de decirles nada.

Cojo una maleta que vi en el armario. No sé quien la compró, pero ya es mía. Meto ropa, no sé cuántos días me voy a quedar, así que por si acaso.

Lo tengo todo preparado. Me acerco de nuevo a recepción a que me informe.

- ¿Qué me tienes?

+ El vuelo sale dentro de 3 horas.

- Perfecto.

Voy a coger la maleta de mi habitación y me veo a los tres reyes sentados en la cama.

+ ¿Qué se supone que estás haciendo?

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Besos darks