CAPÍTULO 7

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Yo voy el último del grupo y me tomo mi tiempo observando todo con detalle. Ciertamente este es un sitio en el que me hubiera gustado estar hace unos siglos. Necesita modernización. Pero que voy a decir yo, un vampiro de más de 3000 años.

Escucho a la parejita feliz susurrando:

+No tengas miedo.

+ ¿Tú lo tienes?

+ No.

Me acerco a los dos sigilosamente sin que se den cuenta. Pongo ambos brazos sobre los hombros de los dos, acerco sus caras y les susurro:

- Pues deberían empezar a tenerlo – sonrío tenebrosamente. Ellos saltan asustados.

Si no me cayera tan mal, asustarlos sería mi pasatiempo favorito.

Todos los que me acompañan se ríen de ellos, incluso Alice. Ya sabía yo que ella valía un poco la pena.

Seguimos nuestro camino.

Nos subimos a un ascensor en el que suena música clásica. Cuánto sentido del humor.

Siento una mano temblorosa rodeándome la muñeca, giro mi cabeza hacia la dirección de la persona poseedora de ese descaro y me encuentro unos ojos marrones. Que pesada es.

- ¿Qué quieres ahora?

+ No sé quien eres, ¿pero vienes a ayudarnos?

- Supongo, no recorrí kilómetros de tortura solo para verle la cara a este – señalo a Edward- aunque como sigas así seré de quien tengas que defenderte - la miro fijamente a los ojos.

Ella suelta mi mano con rapidez y escucho como Demetri se ríe y Felix mira divertido la situación. Ambos Cullen me miran con reproche, pero solo miro a Alice y me encojo de hombros.

Las puertas del ascensor se abren. Por fin.

+ ¿Es humana? – escucho decir a Isabella, eso hace que me fije en el mostrador de la entrada- ¿Qué pasará con ella?

+ Se convertirá – dice Demetri.

+ O será el postre – contradice Jane.

Noto como el recorre un escalofrío por el cuerpo al enterarse de esto último.

- Ay Isabella, Isabella. Si sabes que no te va a gustar la respuesta para que preguntas. Tonta humana – digo para después chascar la lengua y rodar los ojos.

Esto hace que los Volturi se rían y que Edward me mire mal. Otra vez. Lo ignoro y sigo mi camino.

Al encontrarnos con unas gigantescas puertas les lanzo una mirada a todos y les digo:

- Ahora vuelvo.

Regreso sobre mis pasos, y en una esquina libre de miradas me vuelvo invisible y activo mi escudo. Vuelvo a mi puesto sin que me noten.

Prefiero prevenirme.

+ Hermana, te mandaron a buscar a uno y regresas con dos y medio. Que chica tan lista. – dice uno de los que nos esperaban.

Rio internamente.

+ ¡Que feliz sorpresa! – dice uno de los tres hombres que estaban sentados en los tronos. No es muy alto, tiene el pelo largo azabache. Junto a él se encuentran sentados en sus respectivos tronos un hombre alto, casi a mi misma altura, de pelo moreno que le alcanza los hombros, tiene un semblante triste. El otro, que esta a su izquierda, de estatura media, rubio platino y con cara de enfado constante.

Menos mal que no nos pueden salir arrugas, porque si no estos dos estarían como dos Shar Peis.

+ Bella está viva después de todo – dice mientras junta las manos.

El hombre pelinegro se acerca a Edward y le agarra la mano:

+ La tua cantante... Su sangre te provoca tanto que me da sed. ¿Cómo estás tan cerca de ella?

+ Con gran dificultad – responde Edward. Estúpido, no ayuda eso. – Aro puede leer cualquier pensamiento que he tenido con solo tocarme. Y ahora lo sabe todo.

+ Tú eres un excelente lector de almas. Aunque no puedes leer sus pensamientos. Quisiera ver si ella es inmune a mis dones también – le agarra la mano a Bella – Interesante. No veo nada. Veamos si es inmune a todos nuestros dones. ¿Jane?

+Sí, maestro. Dolor – dice Jane en dirección a Bella, pero Edwardito se interpone y el ataque va para él. Me hubiera gustado ver esa teoría, pero está arruinado. Alice corre a ayudarlo.

+ ¡Paren! – grita Bella. Acaso no sabe del superoído que tiene que elevar la voz, pienso con expresión adolorida.

+ Jane, a la chica – dice Aro apuntando a Bella.

+ Cuidado, esto puede doler – dijo Jane con una expresión siniestra. Miraba lo que tenía que pasar, pero no pasó nada.

+ Admirable – dice mientras junta las manos - ¿Qué haremos contigo?

+Ya sabes lo que tienes que hacer, Aro – habla, sorprendiéndome, el moreno.

+Sabe demasiado – dice el rubio - es un peligro.

+ Es verdad – les contesta Aro - Felix.



Besos darks.

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