Alissa adora bailar y lo ha hecho durante gran parte de su vida; cuando gana un lugar en el prestigioso programa de verano del American Ballet en Nueva York, se siente en el cielo, pero pronto se da cuenta que nada es perfecto y que el mundo del bal...
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ALISSA
"El baile es el ritmo de todo lo que muere para volver a nacer otra vez, es el eterno amanecer del sol"- Isadora Duncan
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Estaba en casa, terminando de arreglar la maleta antes de dirigirme al aeropuerto, pero como siempre, algo faltaba y estaba a punto de sufrir una crisis nerviosa; tenía una lista de todo lo que tenía que llevar a Nueva York y aun así sentía que faltaba algo, aunque no podía recordar que es lo que estaba dejando olvidado.
- ¿Todo bien por aquí? – escuché detrás de mí
- Excelente – dije arrojando un vestido hacia una de las esquinas de mi cuarto con frustración
- Pues no lo parece – comentó mi hermano tirándose sobre mi cama
- Estás desordenando mis cosas – me quejé y sonrío
- Estás demasiado tensa, Ali
- Lo sé... es que...
- Me dijeron que Jacob y tú terminaron – soltó mi hermano tomándome desprevenida
- Qué rápido vuelan las noticias
- ¿Cómo estás? – preguntó Harry y desvié la mirada un poco
- Cansada, frustrada, estresada, dolida, enojada; elige la que más te guste
- ¿Qué tal dramática? – dijo y lo fulminé con la mirada
- No estoy siendo dramática
- Por supuesto que no – respondió mi hermano
- Es solo que... estoy harta, Harry; no entiendo porque las cosas tienen que ser tan difíciles
- No lo tomes a mal, pero tú eres quien hace las cosas difíciles
- ¿De qué hablas? – cuestioné levantando la mirada
- Siempre encuentras un defecto, Ali; empiezas cada relación con emoción y poco a poco los vas dejando de lado; te aburres, te cansas o simplemente pierdes el interés y eso se nota; no puedes decir que todo es difícil, en parte tú eres quien complica las cosas
- No es que vea defectos... - murmuré – Es solo que no quiero equivocarme
- Pues el amor tiene defectos – declaró Harry con severidad
- Ya lo sé, pero los chicos con los que he salido, no eran los correctos; no lo sé... tal vez no es para mí, quizá no estoy destinada a encontrar el amor – dije con resignación y escuché a mi hermano suspirar
- No te ofendas, pero eso es una mierda – dijo poniéndose de pie y fruncí el ceño
