CAPÍTULO 15

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COLTON

"El campo de batalla es una escena de caos constante. El ganador será el que controla que el caos, tanto el propio como el de los enemigos" - Napoleón Bonaparte

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Estaba abrumado por la indecisión; nunca antes me cuestioné mi elección de trabajo, pero justo ahora lo que más tenía eran dudas; detestaba la burocracia y el tener que obedecer ciegamente a otros solo por su rango; odiaba el tener que demostrar respeto cuando ellos no sentían ni el más mínimo respeto por los demás y por sobre todo eso, empezaba a perder la paciencia y temía que el día en que finalmente explotara, los problemas serían imposibles de reparar.

-        Te ves cómo me siento – dijo Scott tomándome desprevenido una vez que ingresé a mi oficina

-        ¿Cómo puedes estar tan tranquilo? – cuestioné y él solo se acomodó en el sofá con tranquilidad

-        ¿Qué ganaría enojándome o gritándole a alguien? ¿Algo cambiaría? – preguntó y bufé

-        Es un asco

-        Es verdad, pero es lo que hay; no puedo hacer nada contra ellos y lo sabes

-        No es justo

-        ¿Recién te das cuenta?

-        ¿Qué quieres decir? – pregunté confundido

-        Nunca han sido justos, Colton; ni cuando éramos cadetes, ni cuando nos convertimos en SEALS, ni siquiera cuando te volviste líder alfa; jamás han sido justos con nosotros; nos sacrificarían si con eso pudieran obtener lo que quieren; no te diré que todos son así, porque sé que no lo son; sé que hay algunos comandantes y generales que en verdad se preocupan por nosotros y quieren hacer lo mejor para proteger este país, pero hay otros a quienes no les interesa nada más que su propio beneficio.

Aunque fuera lamentable aceptarlo, Scott tenía razón y ya no podía continuar negándolo, no cuando había visto en primera fila como es que los comandantes preferían divertirse con las mujeres, beber y apostar, antes que reunirse por temas verdaderamente importantes.

Siempre quise creer que la milicia era un orden recto, digno y valioso como decían mis padres; siempre quise creer que formar parte de la armada era un honor y que cada sacrificio que hacía por formar parte de este sistema, valía la pena, pero poco a poco empezaba a cambiar de opinión.

¿Era digno un sistema que exponía a sus hombres solo por obtener un beneficio propio? ¿Era digno el obedecer ordenes de personas que disfrutaban humillando a otros y tratando a las mujeres como si fueran de un escalón inferior? ¿Era valioso el formar parte de un sistema que cada vez me parecía más corrupto?

Mis padres me enseñaron que era un honor servir a mi país; me dijeron que debía estar orgulloso de mi rango y que siempre debía obedecer a mis superiores porque ellos tenían más conocimiento que yo, pero francamente obedecer a esos hombres era un asco y no solo estaba en desacuerdo con sus opiniones que me parecían brutales, misóginas y degradantes, si no que también estaba en desacuerdo con la forma en cómo actuaban y cómo decidían en quienes aplicar las reglas y en quienes solo mirar a otro lado.

-        ¿Te dijeron cuanto tiempo estaré suspendido? – preguntó Scott y asentí

-        Diez días – dije y él suspiró

-        Bueno, no hay nada que hacer, ¿Qué te parece si ahora que estoy de vacaciones me presentas a tu amiga – dijo elevando las cejas y haciéndome reír

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