CAPÍTULO 24

1K 65 3
                                        

ALISSA   

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

ALISSA   

"La vida no es sino una continua sucesión de oportunidades para sobrevivir." - Gabriel García Márquez

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

Abrí los ojos poco a poco y la oscuridad me rodeo; no sabía dónde estaba o que había sucedido, pero tenía miedo; el lugar en el que me encontraba era frío, oscuro y vacío; me levanté un poco sentándome en el suelo e intenté encontrar algo en medio de esta oscuridad, pero era inútil.

Lo último que recordaba era estar cenando con Colton en aquel restaurante; recordaba sus palabras y cómo me sentí al escuchar que me amaba; recordaba levantarme para sentarme en su regazo y besarlo, pero, luego... no estaba segura de que había sucedido; todo estaba en blanco.

La cabeza me dolía y mi cuerpo se sentía entumecido, pero más allá de eso, me encontraba bien o al menos eso creía, así que respiré un par de veces intentando tranquilizar mis nervios e intenté concentrarme para encontrar alguna respuesta a todas las preguntas que se estaban formando en mi cabeza.

Me quedé quieta durante lo que pareció una eternidad hasta que finalmente un ruido metálico me sobresaltó y la luz me cegó por un instante; poco a poco mis ojos volvieron a acostumbrarse a la luz, pero lo que vi, solo consiguió aumentar mi temor.

-        Parece que la bella durmiente despertó – dijo un hombre desde la puerta, pero solo conseguía ver su silueta - ¿No hablas, bella durmiente? – cuestionó y comenzó a acercarse, así que por instinto retrocedí

-        Mira como tiembla – comentó otro hombre desde la puerta

-        El jefe quiere verla, dejen de jugar – escuché otra voz y entonces el hombre que se acercaba se colocó a mi altura y me sujetó el rostro con fuerza

-        Vamos, bella durmiente, el jefe desea verte – dijo sin soltarme y me obligó a ponerme de pie – Se una buena chica y camina, no querrás que te obligue – me advirtió y asentí con lentitud

Los otros dos hombres iban por delante de nosotros mientras él último iba detrás de mí, tan cerca que me ponía nerviosa y aunque cada fibra de mi cuerpo me gritaba que corriera, me mantuve quieta, siguiéndolos sin decir ni una palabra.

Mientras caminaba, observé a detalle cada cosa a mi alrededor; el pasillo por el que caminábamos era estrecho, con piedra en las paredes y parecía ser subterráneo; la luz era tenue y parpadeante, pero además de eso, todo estaba completamente vacío y lo único que se escuchaba era el sonido de mis tacones mientras avanzábamos en completo silencio.

Intenté memorizar el camino por el que vinimos, recordando las vueltas y las puertas que cruzamos hasta que finalmente llegamos a unas escaleras de piedra por las que subimos durante varios minutos hasta salir hacia un nuevo pasillo, aunque esta vez todo se veía diferente; había una alfombra en el piso y cuadros en las paredes, además, el ambiente se sentía cálido.

ÉLITEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora