Alissa adora bailar y lo ha hecho durante gran parte de su vida; cuando gana un lugar en el prestigioso programa de verano del American Ballet en Nueva York, se siente en el cielo, pero pronto se da cuenta que nada es perfecto y que el mundo del bal...
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ALISSA
"El perdón libera el alma, elimina el miedo. Por eso es una herramienta tan poderosa" - Nelson Mandela
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Cuando regresamos con el resto de los invitados todo lucía mucho más brillante e intenso; la felicidad no cabía en mi cuerpo y por primera vez en un largo tiempo me sentía como la verdadera yo y no imaginaba nada mejor; el miedo había desaparecido por completo y me sentía plena, además, pude besar a Colton y ahora estaba segura que jamás dejaría de hacerlo.
Colton y yo paseamos por el salón conversando con los distintos invitados que habían acudido a ver el estreno de la obra; muchas de las personas presentes eran críticos, escritores de columnas en revistas importantes, representantes e inversores que patrocinaban al American Ballet, además de ciertos miembros de la élite de la ciudad que tenían contacto directo con el mundo del ballet y por supuesto, las familias de los bailarines.
Todos y cada uno de los presentes me saludaban y me felicitaban por mi actuación, además se mostraban sorprendidos y me llamaban gran revelación lo que francamente me ponía algo nerviosa; uno de los maestros de la academia se acercó a saludarnos y me dijo directamente que me esperaba un gran futuro en el ballet y que debía seguir esforzándome por mejorar lo que sin duda me sacó una inmensa sonrisa.
- Alissa – me llamó la madre de Colton acercándose a nosotros y por un segundo, me tensé
- Buenas noches, señora Lombardi – respondí mientras me aferraba al brazo de Colton
- Estuviste maravillosa esta noche; sin duda eres una gran estrella – dijo con extrema amabilidad lo que consiguió sorprenderme – Estoy segura que serás primera bailarina muy pronto
- Muchas gracias – respondí dedicándole una pequeña sonrisa
- Lamento mucho mi comportamiento y el de mi esposo; espero podamos volver a comenzar – sus palabras aumentaron mi sorpresa, pero aun así permanecí en silencio – Eres la pareja de mi hijo y quiero llevarme bien contigo; lamento profundamente mis palabras y el haberte ofendido, por favor, perdóname
- Yo también quiero llevarme bien con usted – dije y tomé su mano – Empecemos otra vez
El padre de Colton se acercó a dónde nos encontrábamos y también se disculpó; ambos me pidieron perdón por sus acciones y palabras; ambos deseaban conocerme desde cero y la verdad es que yo también deseaba conocerlos sin todas las riñas y discusiones de por medio.
Nunca había sido una persona rencorosa, además, no tenía sentido seguir peleando cuando lo mejor era llevar las cosas en paz; después de todo, ellos eran los padres del hombre que amaba y serían parte de nuestras vidas por un largo tiempo, así que no había necesidad de continuar enfrentados.