CAPÍTULO 34

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COLTON    

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COLTON    

"Te vi y pensé, tengo que conocerte; te conocí y pensé ojalá nos enamoremos; nos enamoramos y pensé, debo estar soñando y no lo estaba" – Anónimo

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Futuro; una palabra que antes me aterrorizaba, pero que ahora esperaba con ansias.

Solía preguntarme que clase de futuro tendría o si al menos tendría uno; solía pensar que moriría en el campo de batalla o terminaría condenado a una vida con una persona extraña que otros creían correcta para mí; para ser franco, antes mi futuro me asustaba, pero ahora la historia era diferente y estaba emocionado de escribir un nuevo capítulo.

Muchas cosas habían cambiado en los últimos meses, pero el principal cambio fue el mío y de cierta forma me sentía orgulloso del hombre en que me había convertido; antes solía ser frío, distante y bastante calculador o al menos eso es lo que Scott solía decir; pero ahora me sentía diferente y actuaba diferente.

Ya no era el mismo soldado que se dedicaba a seguir ordenes e intentaba a toda costa cumplir las expectativas de los demás; ya no era aquel soldado que se lamentaba por sus acciones, pero aun así continuaba haciendo lo mismo una y otra vez; no, ya no era el mismo y estaba agradecido por ello.

No estaba seguro en que momento las cosas comenzaron a cambiar, pero si estaba seguro de que alguien tuvo una buena influencia en mí y ese alguien era la hermosa chica a mi lado; porque desde que Alissa llegó a mi vida muchas ideas que estaban aferradas en mi mente habían cambiado y me sentía como alguien nuevo.

Alissa me hizo reevaluar mi visión del mundo; ella me enseñó que había más que oscuridad y terror; me enseñó que no todo era crueldad y que no siempre debía estar a la defensiva esperando lo peor de los demás; ella me hizo entender muchas cosas que antes creía imposibles y me abrió los ojos a nuevas posibilidades.

-        ¡No puedo creer que lo hiciste! – exclamó Alissa saliendo del shock en el que había entrado cuando le di la gran noticia - ¡No puedo creerlo! – sinceramente no pude evitar reír cuando noté como sus ojos se abrían tanto como si fuera un pequeño ciervo - ¡No te rías de mí! – dijo intentando golpear mi hombro, pero la tomé en mis brazos antes de que pudiera hacerlo - ¡Colton, suéltame! – gritó forcejando, pero solo la apreté más contra mí hasta que la escuché reír – Eres terrible – se quejó, pero no tardó en darme una de sus hermosas sonrisas que me volvían completamente loco - ¿Cómo pudiste renunciar así como así?

-        No fue así como así; lo estuve pensando mucho

-        ¿Estás seguro de esto? – preguntó mirándome fijamente - Te costó mucho; te esforzaste por años y renunciar...

-        Era lo correcto y lo que necesitaba, cielo – admití tomando sus manos – Ya no podía seguir ahí, no cuando ya no creía que estuviera haciendo algo bueno

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