Albores de Corrupción

229 29 25
                                    

   «―¡Destruirá toda la ciudadela! ¡No puede hacerlo!

     ―¡Tenemos miles de droides asediándonos sin descanso, senadora Amidala! ¡He tenido que ver morir a muchos buenos hombres allá abajo! Con todo respeto, ¡hago esto para salvaguardar las vidas de todos cuantos quedamos aquí!

     ―¡Esta no es la manera!

     ―¿¡Y qué más da si quemo media ciudad para salvarnos a todos!?

     ―¡Teniente, espere! ¡Deténgase!

     ―¡Que arda Mandell!»


     Windu pausó la holograbación en el momento exacto, sus ojos pusieron una expresión de seriedad y pesadumbre, lanzó un suspiro y se fijó en la mirada fría y penetrante del teniente Ryder había puesto en ese instante. A su lado, Aayla Secura compartía su inquietud, el holograma en frente suyo le causó un escalofrío que le recorrió el cuerpo entero hasta los lekkus. Tenían un problema y lo tenían delante, pero era todo tan confuso, tan vago, tan contrariado. Ambos jedis divagaban entre las distintas perspectivas que podían considerarse para ese momento sin llegar a un consenso final, lo único cierto era que, durante aquel instante de desesperación, se había condenado la existencia de una ciudad con total desavenencia.

     ―¿Qué piensa usted, maestra Secura? ―preguntó Mace.

     La twi'lek cerró los ojos y concentró la Fuerza alrededor del significado del holograma.

     ―A decir verdad, maestro Windu... No puedo decidirme. ¿Fue correcto? ¿Estuvo mal? Siento que hay algo que nos está nublando los ojos, pero no sé qué es...

     ―¿Y usted, maestro Mundi? ―Mace giró la vista hacia el cereano que hasta ahora se había mantenido un poco alejado de la holograbación. Su rostro también denotaba una lucha de pareceres profundos y ni sus ceniles canas parecían querer darle la sabiduría necesaria para tomar una decisión firme.

     ―Un acto cuestionable, sin duda ―dijo―. Podríamos decir que Dans Ryder trató de hacer lo que creía correcto en ese momento, que tenía buenas intenciones.

     ―Las peores cosas surgen con las mejores intenciones ―acotó la maestra Secura.

     ―Es verdad. Su decisión fue... draconiana.

     ―No me sorprendería teniendo en cuenta lo que sabemos sobre él ―continuó la maestra Secura y trajo a su mente los primeros recuerdos que tenía del joven.

     ―Antes de llegar a nosotros, el joven Ryder fue prisionero del conde Dooku ―observó el maestro Mundi―. ¿Creen que parte de la influencia del Lado Oscuro al que cayó Dooku haya sido inyectada en él?

     ―Es probable ―convino Mace Windu. Tenía una pesadez en los hombros que parecían aprisionarlo a una postura que parte de él se negaba a aceptar―. Los registros... los pocos registros que recuperó el droide que lo rescató indicaron que fue sometido a crueles tratos, laceraciones, torturas, de todo tipo. No hubo acceso a las grabaciones de videovigilancia dado que la fragata estaba siendo destruida en ese momento, pero un archivo de audio fragmentado dio a conocer la magnitud con la que el conde Dooku lo torturó.

     ―Es doloroso pensar en lo que el Lado Oscuro puede hacer con las personas menos inesperadas ―Ki-Adi-Mundi se estremeció en su sitio.

     ―Que el conde lo haya torturado durante mucho tiempo es indicio de que el joven Ryder tiene una mente fuerte ―continuó el maestro Windu―. No obstante, me preocupa que al final haya podido quebrarlo. Las artes oscuras tienen trucos que desconocemos y ahora mismo tenemos los ojos vendados sobre el tema.

Fuego Estelar: A Star Wars Fan History IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora