Fuego Estelar: A Star Wars Fan History II

La Flor de Coruscant

     Lara cerró de golpe el cajón metálico en el que guardaba sus herramientas de trabajo. Estaba de muy buen humor y canturreaba una de las canciones de Dans desde el reproductor MP3 modificado; aquel dispositivo electrónico había sufrido tantos acondicionamientos que parecía ser un aparato totalmente diferente con respecto a su forma original, pero después de todo era un pequeño precio a pagar por ser funcional en esa galaxia muy, muy lejana.
     Cada nueva canción que llegaba a escuchar era totalmente relajante, emocionante y entretenida. Básicamente no había pierde y lo mejor de todo es que eran completamente exclusivas, por así decirlo, ya que solo ella estaba disfrutándolas en ese preciso momento en toda la galaxia.

I said, ooh... I'm blinded by the lights...

    El meese caulf era un idioma relativamente fácil de aprender, ya antes había tenido contacto con hablantes oriundos del Borde Exterior que llegaban a los Niveles Bajos escupiendo con dificultad el Básico Galáctico Estándar que todos hablaban y por tanto estaba un poco familiarizada con él. Saber que Dans era un hablante fluido del meese caulf la había tomado un poco por sorpresa. Cuando le preguntó a Meira sobre el idioma, la weequay le dijo que estaba muy extendido en el Borde Exterior, cerca del Espacio Hutt y en los lindes del Espacio Salvaje.
     Eso la llevó a pensar que el planeta de origen de Dans debía estar por ahí, en alguno de esos lugares, pero él le había dicho que por más que buscó en los mismísimos Archivos del Templo Jedi, no había encontrado rastro alguno de su mundo en ningún mapa cartográfico espacial y, como la maestra Jocasta le había dicho, si no se encontraba en los Archivos, entonces, no existía. «Una verdadera lástima», dijo Dans alguna vez y ya no quiso volver a tratar el tema desde entonces y ella, por supuesto, no iba a inmiscuirse en algo tan personal.

     Pero para estas alturas ya era capaz de entender casi por completo las canciones y el idioma en general, Dans y Meira habían ayudado en eso... cada uno a su modo, pero juntando sus clases junto con algunos holovideos puestos en la HoloRed, aprenderlo le había sido muy accesible. Así que simplemente ponía en práctica lo aprendido y disfrutaba de las canciones que el pequeño aparto guardaba celosamente en su memoria principal... Y tenía para rato, porque Dans antes había sido un fanático de la música y escuchaba de todo un poco, así que cuando este le confesó que no recordaba si habían cuatro mil o cinco mil canciones ahí guardadas, no pudo evitar abrir los ojos como platos y sentir un poco de nervios causados por la curiosidad recorriéndole el brazo.

     ―No, I can't sleep until I feel your touch... ―murmuró cantando mientras se imaginaba las cosas de la letra y soñaba con que llegara la noche.

     Dans había dicho que volvería pronto con el pedido que le había encargado; al principio ella se había mostrado reacia a decírselo, porque hacerlo daría a entender que necesitaba comprar esos componentes y ninguno de los dos podía permitirse más gastos de los que ya debían. Pero él había insistido con una sonrisa en el rostro y al final, después de tanto intentarlo, había logrado convencerla, así que era natural que estuviera un poco nerviosa al repecto. ¿Se habría metido en negocios turbios solo para que las cosas les fueran un poco mejor? Esperaba con todo su ser que no, puede que extrañara algunas cosas de los Niveles Bajos, pero meterse en líos con bandas criminales por temas de deudas sin duda era algo que no.

     Miró con inquietud hacia el acceso abierto del hangar. Además de ella, solo habían unos cuantos droides de servicio que movían cosas de un lado a otro organizando las cajas de refacciones que estaban para ser vendidas como chatarra o recicladas por si todavía tenían alguna utilidad. El personal raras veces bajaba y, aunque no era un lugar muy concurrido, de vez en cuando una patrulla clon pasaba por ahí en su recorrido de rutina. Desde luego, ella siempre los miraba desde lejos y luego los ignoraba para meterse de lleno en su trabajo personal; estaba más que convencida de que aquella tropa clon ni siquiera se había dando cuenta de su presencia.