Descenso al Averno

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«Una rebelión y un imperio unidos por el miedo a Dans Ryder».


Danna Heart a la tripulación del Fantasma, durante una reunión en Lothal.
Año 15 del Imperio Galáctico.


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     El holograma giraba de forma lenta pero cíclica, rodeado por el grupo de oficiales que tendría a su cargo la invasión del oscuro mundo de Umbara. A su alrededor el hangar estaba repleto de soldados clon y droides de servicio que se apresuraban en mantener todo el equipo listo para la incursión. La geografía y flora del planeta había obligado a descartar el uso de los AT-TE en la zonas periféricas, por lo que las cañoneras irían por completo en el cuerpo de Obi Wan. Eso dejaba a las fuerzas de Anakin en una clara desventaja y había obligado a las tropas de tierra a contar sin fuego de artillería.

     ―Los maestros Krell y Tiin apoyarán a mis tropas en el sur mientras el batallón de Anakin entrará por el norte y acabará con los refuerzos del enemigo ―dijo Obi Wan, apuntando con su dedo una sección del holomapa general de la región alrededor de la capital umbarana―. Es imperante conquistar a la ciudad capital lo antes posible y mantenerla.

     ―El mayor problema será la milicia local ―continuó Anakin―. Umbara se ha alineado con los separatistas y están bien armados. El soldado Cincos apoyará a mi unidad en una encomienda especial.

     ―Listo para hacer mi parte, general Skywalker ―afirmó Cincos.

     ―Es bueno tenerte en el equipo ―agregó Rex.

     ―Como en los viejos tiempos, Rex.

     ―Atravesar la región norteña será complicado ―intervino Dans―. La flora es demasiado espesa y temo que nuestro avance se verá limitado. Si envíamos fuerzas de tamaño regular es posible que nos embosquen, tendremos que avanzar en oleadas si no queremos perder el ritmo. Aunque temo que eso expanda la línea del frente en demasía.

     ―Es por ello que vamos a realizar un asalto relámpago para asegurar la zona de aterrizaje ―completó Anakin. Todos los oficiales clon en derredor asintieron―. De esta manera tendremos un punto de partida y atacaremos a la milicia con suficiente poder de fuego para asegurar el avance.

     ―Recuerda Anakin ―dijo Obi Wan―, Cody y yo estaremos doce klics al sur. Contamos con que eliminen a los guerreros locales o temo que la capital jamás se rendirá.

     Skywalker lanzó un suspiro pesado.

     ―¿Que mi batallón siempre tiene que hacerlo todo? ―se cruzó de brazos con una mirada vacía cargada con algo de gracia.

     ―Siempre te ofreces de voluntario ―contestó Obi Wan con una sonrisa en su rostro. Acto seguido dio media vuelta y se retiró del lugar junto a Cody y dos oficiales clon adicionales de la 212.

     Anakin hizo lo propio y subió a la lanzadera LAAT asignada junto con Dans.

     ―Bien, vámonos ―Rex dio la orden, la tropa de guardia obedeció y las compuertas de la nave se cerraron tras de ellos.

     Hubo un suave ronroneo por parte de los motores y al cabo de cinco segundos, ya se habían elevado. La compuerta principal del hangar del Venator estaba por encima de las nubes, pero aun así la oscuridad era total. Todos estaban inquietos por eso, literalmente el planeta se salía de los estándares, pero la situación era clara y ninguno iba a echarse para atrás.

     ―¿Tú eres Cincos, verdad? ―preguntó Dans sosteniéndose de la agarradera colgante.

     El clon a su costado asintió con la cabeza y apegó su bláster al pecho a modo de saludo.

Fuego Estelar: A Star Wars Fan History IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora