La tropa ingresó formada en el interior de la base aérea. Corría el viento, escurriéndose raudamente entre las armaduras blancas y la tela gris como si supiera lo que iba a suceder. Dans y Rex iban a la cabeza del contingente, con los ojos puestos sobre la gran torre principal justo en frente suyo. Las luces azules, tenues, dispersas, hacían de faroles tratando de ahuyentar la eterna oscuridad del planeta, iluminaban los cascos de cada soldado clon que marchaba detrás de su respectivo capitán con un halo de tristeza tan vacuo que helaba la piel.
Todos estaban inquietos, ardiendo en furia, dolor, indignación, justicia; ¿era acaso ese el sentimiento de la traición? Ninguno podía imaginarse la razón por la cual un jedi mandaría a enfrentar a sus tropas entre sí, a matarse unos a otros si se suponía que estaban todos en la misma causa. Las desgracias sucedidas hasta ahora habían sido siempre obra de Krell, desde el primer momento en que lo vieron descender de aquella LAAT supieron que todo iba a ir de mal en peor y no se equivocaron. Pero lo que pasó en la selva era simplemente algo imposible de pensar y sumamente difícil de asimilar.
Aún así, Dogma no cedió, su lealtad le impedía formar parte de algo como lo que sus hermanos estaban a punto de ejecutar; era traición, traición en su máxima expresión. Él no iba a formar parte de eso, no era lo que hacía un soldado, no se mancharía la sangre e insultaría a su uniforme. Dio dos pasos más antes de convencerse por completo y dejó la formación, indignado de si quiera haber intentado formar parte de algo tan despreciable.
El arresto era inminente, pero estaban hablando de un general, de un jedi, de un usuario de la Fuerza, Dans y Rex lo tenían más claro que cualquier otro, no podían evitar sentirse algo nerviosos. No sería una tarea fácil; la reputación del general Krell y de sus habilidades de combate estaban por encima del promedio de la Orden Jedi, era un adversario poderoso y les intimidaba pensar en el número de bajas que podrían tener durante el enfrentamiento. Quizás ellos fueran casi un centenar, contando con las tropas que estaban guarnecidas en la base y que ya habían sido informadas de lo sucedido, y que él solo era uno, pero había una diferencia de poder abismal y los riesgos no podían correrse así por así.
―Sanders ―dijo Dans, casi llegando a la mitad del espaciopuerto principal―, informa los escuadrones Alfa y Sigma, que resguarden la salida B. Jax, haz lo mismo con el pelotón A, refuercen las torres de vigilancia y haz que alguien traiga mi lanza, por si acaso.
―¡Sí, señor! ―respondieron ambos al unísono. Los dos soldados salieron corriendo en direcciones opuestas mientrasla fuerza principal tomaba lugar frente a la base de la torre.
Rex distribuyó a sus hombres a lo largo de todas las áreas libres de la base, necesitaban tener ojos en todos lados y una fuerza considerable para poder darle batalla a Krell en caso de que intentara escapar. Las fuerzas del capitán clon ocuparon la mitad este de la base, mientras que las fuerzas de Dans se hicieron cargo de la mitad oeste; había cierto desconcierto e incredulidad entre parte de las tropas que no habían plantado batalla en la selva y era claro que aún se encontraban asimilando la cruda verdad.
―El objetivo es neutralizarlo ―dijo Rex―, el Alto Mando querrá explicaciones y él deberá responder ante ellos.
―No solo ellos ―respondió Dans―. La Orden Jedi entrará en alboroto, al menos el Alto Consejo. Solo espero que todo salga bien. Sin embargo, lo que me preocupa es la opinión de los senadores que están en contra de la guerra. Pueden tomar esto como un buen argumento para dejar de financiar al ejército; si eso pasa, todos nuestros problemas se multiplicarán.
―¿Te preocupa algo que está en manos de los diplomáticos? ―Rex alzó una ceja; podía comprender la inquietud de su amigo y de hecho se imaginaba que se sentiría así, pero no pensó que fuese tan pesada―. No nos compete, somos soldados.
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Fuego Estelar: A Star Wars Fan History II
Science FictionLa Guerra de los Clones continúa; la República comienza a perder la estabilidad y a presenciar más de cerca los horrores de la guerra. Dans Ryder se deberá enfrentar ahora a las dificultades de haber escogido un bando y se verá obligado a sobrevivir...