We can't go on together...
La luna de Concordia se presentaba orgullosa justo en el medio del ventanal, su superficie era un matiz abigarrado entre azul opaco con un verde apagado, manchada a su vez por una serie de nubes como vetas blancas que trataban de abrazar la totalidad del planeta.
Al lado izquierdo de la ventana de la cabina de mando, la pálida Mandalore hacía acto de presencia. La primera vez que la había visto se dio cuenta de la increíble capacidad de los mandalorianos para seguir viviendo en un páramo estéril con poca o nada de comodidad, pero bueno, la tecnología hacía milagros y esos milagros se materializaron en forma de grandes ciudades-domo de kilómetros de distancia. Toda una maravilla.
El interior de la nave estaba tranquilo, como lo había estado por los últimos cuarenta minutos de viaje desde que dejaron a Tychus Fyndlay en Kalevala a que se hiciera la vida. Al menos contaría como un buen pago por haberlos ayudado a escapar de esa maldita instalación, si no quién sabe cual habría sido el destino del enorme hombre de dos metros de altura. Dans lanzó una pequeña risa al pensar en eso.With suspicious minds.
Bo-Katan se encontraba coordinando un par de cosas con sus contactos en Concordia, «el resto de la Guardia Letal», pensó Dans, menudo embrollo tratar con gente así, pero si le servía para conseguir el beskar que necesitaba, entonces no le importaba bajar a ese tipo de realidad. Sin embargo, si pasaba algo que no estuviera apegado al plan, tendría que usar la contingencia, con ello sería suficiente para calmar los ánimos, así que se sentía ligeramente tranquilo.
And we can't build our dreams...
Y nada mejor que relajarse con un poco de música terran; su música. El interior de la nave estaba ambientado con los cálidos ritmos de lo que él empezó a llamar su álbum de Space Cowboys, una recopilación de sus canciones favoritas de género country, rock, blues y afines para acompañar sus viajes... Y ahora mismo los altavoces estaban reproduciendo uno de sus clásicos preferidos: Suspicious Minds, aunque era la versión cover interpretado por The Bourbon Cowboys de la legendaria canción de Elvis Presley. Una serie de recuerdos le vinieron a la mente y se relajó en el asiento del piloto mientras tarareaba y canturreaba el coro:
On suspicious minds...
―Diez minutos para aterrizar ―la voz de Bo-Katan sacó a Dans de su ensoñación antes de sentarse en el asiento del copiloto. El hombre lanzó un suspiro y volcó los ojos hacia la columna direccional de la nave y el panel de control.
So, if an old friend I know.
―Coordenadas ingresadas ―informó lady Kryze―. Haznos el favor de no confudirte de espaciopuerto.
Drops by to say hello...
―¿Cómo podría confundirme si es el único espacio puerto visible en tus coordenadas? ―contestó Dans mientras revisaba una imagen aérea del punto de destino en una pantalla ubicada a la izquierda del panel.
Would I still see suspicion in your eyes?
Y en efecto, el lugar que Bo-Katan había señalado como el sitio de atraque no era más que una pequeña estación al pie de unas formaciones rocosas dispuestas en hilera y con forma de escamas. A su alrededor, un río corría de norte a sur y unas cuantas manchas de verde adornaban el paisaje. No era lo más atractivo del mundo, pero serviría como punto de entrega de la carga acordada: dos bombonas de tyrazine para la Guardia Letal, también conocida como Guardia de la Muerte, el nombre le daba igual a Dans, solo quería cumplir son lo suyo y recibir el beskar a cambio. Palpó uno de sus bolsillos para cerciorarse de que tenía listo el dispositivo que le entregó Nema para comprobar la calidad del metal, no quería echar nada a perder. Toda precaución era poca.
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Fuego Estelar: A Star Wars Fan History II
Science FictionLa Guerra de los Clones continúa; la República comienza a perder la estabilidad y a presenciar más de cerca los horrores de la guerra. Dans Ryder se deberá enfrentar ahora a las dificultades de haber escogido un bando y se verá obligado a sobrevivir...