«Los buenos mueren. Yo prefiero vivir».
Teniente Dans Ryder del 17vo Pelotón de Vanguardia, durante el interrogatorio tras su rescate de Wasskah, Cuartel General de la 501, Coruscant.
Primer mes del año 3653 DTC.------
La puerta se abrió de par en par, el aroma dulce y suave de una dama de piel tan azul como el más vasto de los océanos y el más alto de los cielos llegó hasta él. Dentro, los tres pares de ojos se fijaron en su presencia, tan discordante con el entorno que era imposible no distraerse con la apariencia salvaje que emanaba.
―Senadoras ―saludó Dans, con la mayor formalidad posible, llevándose una mano al pecho e inclinando levemente su torso hacia adelante.
La mirada risueña de Padmé inundó el ambiente.
―Dans, te decimos cientos de veces que no necesitas ser tan formal cuando estás con nosotras. Puedes poner muy triste a alguien ―bromeó mientras dirigía sus ojos a la pantorana sentada al lado suyo. Riyo infló los cachetes y dejó la taza de café sobre la mesa de centro frente al mueble rojizo.
―Disculpa, Padmé ―replicó Dans―. La costumbre. Estar aquí en el Senado es... ―miró en derredor. Como siempre, tanta opulencia llegaba a ser abrumadora―. Un poco impresionante.
―¿Aún no te acostumbras a estar aquí? ―inquirió Riyo ligeramente preocupada.
―N-No, no es eso, es solo que los demás senadores y, pues, el personal que trabaja aquí no son tan amables como ustedes.
―Si se me permite decir algo ―intervino Ylla―. Creo que estamos todas de acuerdo que parte de la causa es la forma en la que lo perciben a usted, agente Ryder. ―Todas asintieron al unísono―. ¿Ha probado venir con algo que no sea su... indumentaria del frente?
―Recuerdo haber argumentado los motivos... ―dijo Dans―. Puedo estar listo para cualquier eventualidad que se presente. Y tenemos un triste historial de casos: el ataque de la bestia Zillo, los ataques terroristas de Cad Bane, la muerte del senador Mee Dechi... No me gustaría comprometer la seguridad vuestra.
―Conseguirte un permiso especial para que puedas portar tu equipamiento dentro del Senado no fue nada fácil ―agregó Riyo; no quería recordar las montañas de razones que tuvo que argumentar ante el Comité de Seguridad para obtener el permiso―. Así que si te da la facilidad para responder bien... Supongo que habrá valido la pena.
―Y te lo agradezco mucho, Riyo, en verdad que lo hago ―contestó Dans mientras tomaba asiento en uno de los muebles.
La sonrisa que Riyo esbozó al escucharlo no pasó desapercibida para Padmé ni para Ylla, ambas intercalaron miradas y no pudieron evitar reír en voz baja ante la pequeña pero tierna escena. El único que no parecía haberse dado cuenta era el propio Dans, aunque no era sorpresa.
―Bueno... ―continuó el teniente―. ¿En qué puedo ayudarlas hoy? ¿Necesitan seguridad para alguna reunión?
Padmé negó con la cabeza y lanzó un suspiro de tenue decepción.
―No, nada de eso, Dans. ¿Acaso no podemos llamarte solo porque queremos hablar contigo?
―N-No dije eso, Padmé ―la tensión le recorrió el cuerpo―. Es solo que...
―A decir verdad, no es únicamente un asunto trivial por el que te llamamos, ¿verdad, Riyo?
―Así es ―la pantorana mostró un semblante serio―. Nos enteramos de lo que sucedió en Umbara.
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Fuego Estelar: A Star Wars Fan History II
Ciencia FicciónLa Guerra de los Clones continúa; la República comienza a perder la estabilidad y a presenciar más de cerca los horrores de la guerra. Dans Ryder se deberá enfrentar ahora a las dificultades de haber escogido un bando y se verá obligado a sobrevivir...