Gojo Satoru x Lectora (Toda Una Vida)

capítulo 16

(Momentos antes de ir a la dirección)

-así que soy el más idiota que has conocido?, dijo gojo quitando su pie de la mesa, -así es, dije yo dándole la espalda mientras me iba hacia la salida del salón. Sentía más bolas de papel pegar contra mi espalda, incluso cuándo ya había salido del salón, gojo me seguía tirando esas molestas bolas de papel que había hecho durante una parte del camino, hasta que me harté y lo confronté

-qué te pasa, idiota, definitivamente mis expectativas sobre tus idioteces se quedan cortas, siempre me sorprendes más y más, dije yo casi gritando, -una persona que le dice idiota a otra sin razón cada que puede no merece menos, recibimos lo que damos, o no, linda?, dijo él con una sonrisa muy sarcástica, para luego sacar otra bola de papel y tiralmela en la cara, -exacto, recibimos lo que damos, dije yo mientras me acercaba a gojo, -que bueno que nos estemos enten...., no lo dejé decir ni una sola palabra más, le di un fuerte puñetazo en la cara, sabía que era algo muy precipitado, yo destestaba a la gente que se defendia con violencia, mi hermano era algo así, tenía actitudes muy cuestionables, actitudes de "hombre", cómo pegarle a la pared cuándo perdía su equipo favorito, pero claro, decía qué yo no lo entendería pues era mujer, pero este no era el caso, no entendía a gojo, que tenia que ver yo con esas actitudes de "hombre", ya me tenía harta su sinismo y su arrogancia. Él estaba acostumbrando a ser el centro de todo, el amor platónico de todas, pero eso no iba conmigo, yo siempre he tenido los pies en la tierra, menos en este momento tal vez

-estúpida que hiciste, dijo gojo mientras limpiaba la sangre de su nariz, me sorprendí un poco, mi actitud había sido muy infantil, cosa que por cierto detestaba demasiado de gojo, me había convertido en él.

-oye, este, lo siento, dije yo un tanto preocupada mientras sacaba un pañuelo azul de mí bolsillo. Intenté limpiar la sangre de la nariz de gojo pero él simplemente apartó mi mano con un manotazo, tuvimos que ir a la enfermería rápidamente, me sentía algo mal por lo que había hecho, no quería dañar lo, pero supongo que la euforia del momento fue la causante de todo.

(Tiempo actual)

Joven  _______ y joven gojo satoru, quedan suspendidos tres días, sin ninguna anotación para la señorita ____ al ser la primera vez que hace algo así, en cambio, joven gojo satoru, una falta más y se le quitará la matricula de esta institución universitaria.

-Cómo es posible que dos jóvenes ya casi mayores de edad presenten estos tipos de comportamientos, son una vergüenza para nuestra institución, y más usted, señorita ____, que tiene una beca, cuidela muy bien, es una advertencia, dijo él director seriamente, me sentía fatal, tenía muchas ganas de llorar, pero me debía contener. Finamente nos dejaron ir, -gojo, porfavor, discúlpame, dije yo con la voz entrecortada, la razón de ello no era tanto por haber lastimado a gojo, la razón de esto era la idea de perder la beca y tener que volver a aquel pueblo, sé que papá no me iba a dirigir la palabra nunca más, llegar allá otra vez sería darle toda la razón a él, que yo nunca podría llegar a ser alguien por mi cuenta, estos pensamientos produjeron lo más inevitable, mi llanto. Me dejé caer en el piso, poniendo mi cara sobre mis rodillas, lloraba fuertemente, sentía que me faltaba el aire, supongo que era todo lo que tenía guardado desde que vi a papá por última vez. inesperadamente sentí una mano sobre mi espalda

-está bien, no es para tanto, no llores, porfavor, dijo él en un tono muy sincero, por su expresión pude ver que no mentía al decir esas palabras, yo no dije nada, sólo limpié mis lágrimas, él se fue caminando rápidamente; al ver a mi lado, vi un pequeño pañuelo blanco, no era mi pañuelo, pues el mío era azul, mientras pensaba, recordé que en la enfermería le habían dado a gojo un pañuelo muy similar a este, para que se siguiera limpiando la sangre si le seguía saliendo, pero no tenía ni una sola gota de sangre, gojo me había dejado su pañuelo, fue la primera vez que sentí al verdadero gojo haciendo algo, no ese gojo arrogante y sinico de siempre.