Gojo Satoru x Lectora (Toda Una Vida)

capítulo 24

-oh, espera, podemos ir a mi casa un momento, le pregunté a gojo antes de qué él encendiera su moto.

Gojo me llevó rápidamente. yo corrí hacia mi apartamento a buscar un poco más de efectivo, no se lo había dicho, pues sabía que el orgulloso de gojo no me lo hubiera permitido, pero quería tener algo más de efectivo, no sabía si podía volver a suceder un incidente cómo el de hoy en el puesto de algodones de azúcar. gojo se quedó esperándome en su moto, estaba buscando mi billetera con un poco de afán, pues no quería hacer esperar tanto tiempo a gojo.

finalmente la vi en la mesa que se encontraba al del baño, pero antes de poder tomarla, al correr me doblé el tobillo, lancé un fuerte grito de dolor mientras estaba en el piso, realmente pensé que me había roto algo

-______, sucedió algo?, dijo gojo mientras corría hacia mí, seguramente había escuchado mi grito, y corrió hacia mi apartamento para ver que todo estuviera bien

-me doblé el tobillo, dije yo jadeando del dolor. Gojo tocó mi tobillo y grité del dolor

-perdón, necesitaba ver en que parte te dolía, dijo gojo con una cara de preocupación, -pues me hubieras preguntado, idiota, le dije yo algo enojada. Gojo me agarró por la espalda y por las piernas, me levantó y me llevó hacia la cama, me sorprendió bastante que me pudo levantar cómo si nada, gojo era realmente fuerte, eso se podía notar en su cuerpo, aunque era alguien muy alto, no era para nada flaco, al contrario, sus brazos eran grandes, se veían bastante ejercitados, lo mismo pasaba con su pecho y el resto de su cuerpo, él era una persona bastante atlética.

Gojo me puso en la cama y enseguida fue por hielo a mi refrigerador, sentía mi pie palpitar, me dolía bastante, -toma, dijo gojo mientras me daba una pastilla para el dolor, por suerte yo siempre tenía este tipo de pastillas en casa. Tomé la pastilla, y al mirar a gojo, lo vi poniendo hielo sobre mi tobillo, era muy cuidadoso

-agarra el hielo con un pañuelo, te puedes quemar, dije yo ya algo calmada, él tenia el hielo sujetado sólo con su mano, sin nada más, -no importa, dijo él muy seriamente, no quitaba sus ojos de mi tobillo

-serías buen médico, dije yo riendo, -sólo hago esto porque eres tú, el resto no me importa, dijo él mientras me volteaba a ver, yo sólo sonreí, gojo también, así duramos unos cuantos segundos, hasta que gojo se quedó viéndome fijamente, sin sonreír, se me hizo muy extraño, -que pasa, dije yo riendo algo extrañada, miraba hacia todos los lados sólo para no verlo, me sentía algo avergonzada, hasta que sentí la mano de gojo en mi mejilla, con su mano volteó mi cara hacia su dirección, soltó el hielo y puso su otra mano en mi otra mejilla

-esperaba poder hacer esto hoy, aquí no, precisamente, pero créeme que él lugar no importa si estás tú, _____, dijo gojo, yo me quedé en silencio, no sabía que decir, tampoco quería interrumpir a gojo, así que sólo me límite a escuchar, -ya han pasado varias semanas, y créeme que desde él primer día que te vi, ese primer día que me golpeaste por la espalda, supe que quería hablar contigo, aunque al principio me pareciste una niña tonta.., -oye, espera, cómo que tonta, dije yo, gojo puso su mano en mi boca y siguió hablando

-sí, aún creo que eres tonta, pero ya no me pareces una tonta más, eres..., dijo gojo mientras hacía un puchero volteando a ver hacia otro lado, -que soy, gojo, dije yo mientras sonreía

-eres mi tipo de chica, créeme, estuve esperando toda una vida por alguien cómo tú, podría decir que eres lo más bonito que he visto en toda mi vida, y las palabras faltan, pero no quería pasar otro día más sin hacértelo saber, te quiero, ____, dijo él, realmente no supe cómo responder a eso, talvez algunas veces no hay una respuesta, así que sólo lo tomé detrás del cuello y lo besé, talvez gojo esperaba una respuesta más, verbal, pero esta vez yo no estaba hablando, era mi corazón el que lo estaba haciendo.

Gojo me tomó de la cintura, seguía mi beso, sentía sus manos subir por toda mi espalda. puso sus manos en mi abdomen y comenzó a subirlas poco a poco, -no te molesta, dijo gojo, yo sólo negué con la cabeza, al hacer esto gojo subió sus manos a mis pechos, nos acostamos en la cama y el seguía besándome, cada vez con más desesperación, lo podía sentir en su respiración, me besaba por todo el cuello, sentía su respiración en mi oído, sabía que lo hacía a propósito, yo comencé a aruñar su espalda, él se estaba comenzando a quitar la camisa hasta que de pronto escuché cómo tocaban la puerta, ¿que?, dije yo, nadie venía nunca a mi casa, y menos de noche, era realmente extraño

-puedes ver quien es, le dije a gojo, pues aún tenia bastante hinchado mi tobillo. Gojo se levantó y abrió la puerta, sentí un fuerte escalofrío al escuchar aquella voz, era la dueña del apartamento, había llegado, no entendía porque había venido a esta hora de la noche, precisamente cuándo gojo estaba acá

-¿quién carajos eres?, dijo aquella señora mientras azotaba la puerta y entraba al apartamento, -_______, me puedes explicar qué es esto, dijo ella con una expresión de enojo, menos mal yo no estaba sin mi camisa, hubiera sido mucho peor, -señora, se lo puedo explicar, dije yo mientras trataba de levantarme de la cama, -no hay nada que explicar, la señora de al lado me lo había comentado, pero yo no lo podía creer, así que me tomé el atrevimiento de venir para verlo con mis propios ojos, y vaya sorpresa me he llevado, dijo ella con una cara de asco, realmente estaba algo, impactada, tanto escándalo por algo tan normal, pero tampoco se lo podía reprochar, ella me lo había advertido al principio de todo, esas eran las reglas.

-quiero el apartamento vacío para pasado mañana, eso es todo, dijo la señora mientras se iba, -espere, le dije yo mientras trataba de  caminar, pero fue en vano, la dueña se fue, yo miré hacia arriba y puse mis manos sobre mi cara, -no puede ser, dije yo, mi problema con abandonar el apartamento era dejar de pagar una cantidad tan barata de alquiler, todos los apartamentos eran demasiados caros para mí, además ya había dejado de trabajar, sólo tenía mis ahorros, y el trasteo a otro apartamento seguro saldría muy costoso

-no sé que decir, pero de verdad, no te preocupes, dijo gojo algo apenado, él sabía de mi situación económica, -será mejor que te vayas, le dije, gojo no me reprochó y se marchó.

Me acosté en la cama, tratando de dormir, pero no podía, mi cabeza no me dejaba, miles de pensamientos estaban en ella, comencé a llorar, me sentía muy mal, hasta que de repente escuché que volvían a tocar la puerta, pensé que sería la dueña, seguramente me iba a decir algo más. traté de caminar hasta la puerta con mucho esfuerzo, al abrir la puerta lo vi, era gojo con una bolsa

-no has comido nada, dijo él poniendo aquella bolsa en mis manos, -gojo, dije yo para luego darle un fuerte abrazo, después intenté darle un pequeño beso, pero no podía, por más que intentaba ponerme de puntas, no era capaz de igual la estatura de gojo, era realmente un poste, él ni siquiera intentaba agacharse, seguro disfrutaba verme intentar llegar a él, -no te esfuerces tanto, dijo gojo mientas me tomaba por la cintura y me levantaba, después me besó, y me llevó adentro.

Nos sentamos en la cama, abrí la bolsa, se trataba de una pizza, era una de peperonni, -no había pizza con piña, le pregunté yo, gojo solo hizo una cara de asco, sacaba su lengua haciendo cómo si fuera a vomitar, -que haces, la pizza con piña es la mejor, dije yo, -la pizza con piña es la peor creación de la humanidad, por mí, compraría todas las pizzerias de tokyo y prohibiría su fabricación, dijo gojo haciendo una mueca, yo sólo reí.

Comimos y seguimos hablando por  unos cuantos minutos más, pero toda la actividad del día de hoy ya estaba haciendo efecto en mí, sentía mis ojos cerrarse poco a poco, estaba realmente cansada, -vaya, parece que ya es hora de dormir, dijo gojo mientras se levantaba a apagar la luz, yo me acosté, a decir verdad me gustaba cuándo él se quedaba a dormir, podía dormir del lado de la pared, aún me daba algo de miedo dormir a la orilla de la cama.

Gojo se acostó a mi lado, los dos nos quedamos mirando, él acariciaba mi pelo suavemente, después me dio un pequeño beso en la frente, pero antes de que se separara de mi rostro, lo tomé de las mejillas y acerqué su boca a la mía, lo besé. -yo sólo trato de ser dulce, pero definitivamente contigo no se puede, dijo gojo para luego darme otro beso. Yo lo abracé del cuello, fue un abrazo muy cálido, sentía su respiración en mi frente, finalmente quedé profundamente dormida.