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-Escucha, Jungkook. No creas que soy un Omega lascivo, o frustrado, o provocativo. De eso nada. Simplemente, siento una gran curiosidad hacia esas cosas, tengo muchas ganas de saber más. Ya te conté que me había educado en un colegio de Omegas. Así que tengo unas ganas locas de saber lo que piensan los Alfas, de conocer cómo funciona su cuerpo. Y no el tipo de cosas que salen en las consultas de las revistas femeninas, sino mediante el estudio de un caso concreto.

--El estudio de un caso concreto! -murmuré desesperado.

-Pero cuando yo quiero saber algo, o hacer esto y lo otro, mi novio se pone de malhumor, o se enfada. «¡Guarra!», me dice. Otras veces me grita que estoy mal de la cabeza. Ni siquiera me deja hacerle una felación. Con lo que a mí me gustaría investigar sobre eso...

-Ya.

-Tú odias que te hagan una felación?

-No le tengo ninguna manía en especial.

-¿Te gusta?

-Digamos que sí -dije-. ¿Qué te parece si dejamos ese tema para la próxima vez? Hoy es una mañana de domingo muy agradable y no quiero malgastarla hablando de masturbaciones y felaciones. Charlemos de otra cosa. ¿Tu novio estudia en nuestra universidad?

-No. En otra. Nos conocimos en el instituto. En las actividades del club de estudiantes. Yo iba a un colegio de Omegas, y él, a uno de Alfas. Nos hicimos novios después de salir del instituto. Oye, Jungkook...

-Dime.

-Con una vez es suficiente. Pero piensa en mí, ¿quieres?

-Lo intentaré- contesté resignado.

Fuimos en tren hasta Incheon. Puesto que no había desayunado, al hacer el trasbordo compré un sandwich en un puesto de la estación de Incheon. Después tomé una taza de café negro como la tinta. El domingo por la mañana el tren estaba lleno de familias y de parejas que salían de paseo. Un grupo de estudiantes de uniforme y con bates de béisbol en la mano corrian de arriba abajo por el vagón.. En el tren había muchos Omegas con pantalones ajustados, pero ninguno como el que traía Seokjin. El de vez en cuando tiraba con fuerza para separar la tela de su piel. Yo me sentia incómodo porque los Alfas no apartaban la vista de sus piernas. A el esto parecía traerlo sin cuidado

-¿Sabes lo que me gustaría hacer ahora? -me susurro cuando pasábamos por el Parque de Songdo.

-Ni idea. Pero, te lo ruego, no hablemos de esto dentro del tren.

-A la gente no le importa. iLástima! Mira que esta vez es increible...-se lamento Seokjin.

-Por cierto, ¿qué hay en Madu Dong?

-Tú acompañame y verás.

Los domingos el Parque del lago Ilsan se llenaba de estudiantes que iban a hacer pruebas de exámenes o que asistian a cursos en escuelas preparatorias. Seokjin agarró el asa de su bolso con la mano izquierda, tomó mi brazo con la derecha y se adentró en la multitud de estudiantes.

-Jungkook, ¿puedes explicarme la diferencia entre el condicional simple y el condicional perfecto de los verbos ingleses? -me preguntó de repente.

-Creo que si -reaccioné.

-Era una simple pregunta. ¿Crees que eso sirve para algo en la vida cotidiana?

-Supongo que no - dije-. Más que servir para algo concreto, es una especie de práctica para aprender a sistematizar las cosas.- Seokjin estuvo reflexionando un rato con expresión seria.

-¡Qué listo eres! -exclamó-. No había caído en eso. Sólo me había preguntado qué utilidad debian de tener el modo condicional, el cálculo diferencial o los símbolos químicos. Por eso siempre había ignorado esas cosas tan complicadas. Quizás estaba equivocado.

Triángulo Amoroso- JinKook/KookMin✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora