No sé si podré seguir yendo a la universidad los tres años y medio que me quedan, y mi hermano mayor, tal como están las cosas, no podrá casarse.
-¿Cuántos dias por semana vienes? -le pregunté
-Cuatro- contestó Seokjin-. Aqui en principio ofrecen una atención completa, pero en realidad las enfermeras no dan abasto. Hacen todo lo que pueden. Pero hay poco personal y tienen que encargarse de demasiadas cosas. Así que, quieras o no, la familia tiene que ocuparse hasta cierto punto. Mi hermano debe encargarse de la tienda y yo tengo que encontrar tiempo entre clase y clase. Con todo, el viene tres días por semana, y yo, cuatro. Empleamos cualquier momento libre para una cita. Ya ves. Un programa de lo más apretado.
-Si estás tan ocupado, ¿por qué quedas conmigo?
-Porque me gusta estar contigo. - Seokjin jugueteaba con la taza de plástico.
-Vete a pasear durante las próximas dos horas -le dije-. Mientras, cuidaré a tu padre.
-¿Por qué?
-Porque es mejor que te alejes del hospital y descanses un rato. No hables con nadie, deja que se te vacie la cabeza. - Seokjin se lo pensó un momento, pero finalmente aceptó
-Tal vez tengas razón. Pero, sabes cómo cuidarlo?
-Te he visto hacerlo. Y, más o menos, ya sé de qué va Vigilar el gota a gota, darle agua, secarle el sudor, limpiarle las flemas. El orinal está debajo de la cama, cuando tenga hambre debo darle el resto del almuerzo.... Si tengo alguna duda, se lo pregunto a la enfermera.
-Con eso basta. - Seokjin esbozó una sonrisa.
- A veces empieza a perder la razón y dice cosas raras. Cosas que no se sabe a qué vienen. Tú, si las dice, no hagas caso.
-No te preocupes por nada.
Al volver a la habitación, Seokjin le dijo a su padre que tenía que salir un momento y que mientras tanto lo cuidaria otra persona. Al padre no pareció importarle. O quizá no habia entendido nada de lo que Seokjin le comentó. Yacía ten-dido boca arriba con la vista clavada en el techo. De no ser porque parpadeaba, uno lo tomaria por muerto. Sus ojos estaban inyectados en sangre, como si hubiera bebido, y cuando respiraba hondo las aletas de la nariz se le dilataban. Aparte de esto, permanecía completamente inmóvil, y no hizo ademán de responder a Seokjin. Yo era incapaz de imaginar qué pensamientos y qué sensaciones debía de haber en el fondo de aquella conciencia borrosa. Pensé que tendría que hablarle, pero no sabía qué podía decirle, ni tampoco cómo hacerlo, así que opté por permanecer callado. Poco después él cerró los ojos y se durmió. Me senté en una silla junto a la cabecera de la cama, me quedé observando cómo le temblaban las aletas de la nariz, recé para que no se muriera. Pensé en lo extraño que seria que expirara estando yo a su lado. En definitiva, acababa de conocerlo, el único vínculo entre él y yo era Seokjin, y la única relación que yo tenía con Seokjin era que ambos asistíamos a clase de Historia del Teatro II.
Pero no agonizaba. Sólo dormía profundamente. Al aplicar el oído a su rostro, pude oír su respiración. Más tranquilo, empecé a charlar con la esposa del hombre de la cama contigua. Parecía tomarme por el novio de Seokjin; me estuvo hablando de el todo el rato.
-Es muy buen chico -dijo-. Se desvive por su padre, es amable, cariñoso, atento, fuerte y, además, guapo. Tienes que cuidar de el. No dejes que se te escape. Hay muy pocos Omegas como el.
-Lo cuidaré. -Le segui la corriente.
-Yo tengo un hijo de veintiún años y otro de diecisiete que nunca se acercan al hospital. Cuando tienen tiempo libre, practican surf, tienen citas, salen por ahí... Es terrible. Sólo sirven para desplumarte. Y luego desaparecen.
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Triángulo Amoroso- JinKook/KookMin✓
Romansa🌷 KookMin 🌷 Historia Terminada ✓ Mientras aterriza en un aeropuerto Europeo, Jungkook escucha una canción de los Beatles que lo hace retroceder a su juventud, a Corea de los años noventa. Recuerda entonces con melancolía a Jimin, el novio de su me...